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Channel: Mis galgas, yo y the ruby slippers
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Recientemente, en otro post, mira tú por donde, contaba yo que dejé facebook (hace cinco años) y que no tenía intención de volver. Está claro... en esta vida, nunca digas nunca jamás, pues puedes quedar como idiota. Solo unos días después, para mi estupor, ya estoy en facebook. Además, por partida doble. Una página para mis difusiones y otra para cosas más banales o frívolas, aunque no tanto para mí. Incluso, algunas, en absoluto frívolas. Lo que está claro, es que esta vida es un misterio y además, una pura contradicción.

He de decir, que ha sido por causas mayores. Mi amiga Nayr, de Perros de casa, me anunció, sabiendo que me iba a encender (aunque yo se lo agradezco), que mi imagen de cabecera de mi otro blog, Noble Galgo, que yo creé, con el retrato de la galga Eos, del príncipe Alberto, pintado por mi admirado Landseer, lo había utilizado alguien en facebook, como su foto de portada, así, tal cual, con el nombre de mi blog y mi rotulación. Descarado, sucio y feo, muy feo.






Pero lo que clamaba al cielo, es que quien había utilizado la imagen de mi blog, para difundir perros abandonados, maltratados y necesitados de ayuda, entre ellos, gran mayoría de cazadores y galgueros... era un galguero. ¿Como se quedan ustedes...? Eso, es lo que realmente me incendió. Era un despropósito y un insultante disparate. Además, sucio y feo, muy feo.






Me vi en la obligación de entrar en facebook para pedirle amable pero firmemente, que eliminara mi imagen de su página:

"Agradecería que eliminarais la imagen de "Noble Galgo", que yo creé como imagen de mi blog y de la que os habéis apropiado, sin ni siquiera consultarlo. Resulta hiriente por varias razones, pero sobre todo, por que es la imagen de un blog con MILES de difusiones de galgos abandonados por galgueros y también, por que vosotros, os hagáis llamar "Servicios Jurídicos" y hagáis cosas con tal falta de ética, como apropiaros de una imagen de esta manera. Muchas gracias".

Me ignoró. Me contestó con un simple: "ya listo" (sic). Luego, añadió en otro comentario, así, sin ninguna coma:  "listo amigo para evitar problemas saque la imagen "PERO EN NINGUN LUGAR VI SU NOMBRE O ALGO"(sic) (saque la imagen!!!? No lo codifico...) Además, resultaba ofensivo y por supuesto, chungo. ¡Se me hinchó la vena!







¿Como la gente tiene esa desvergüenza? Estaba claro de donde la había sacado y la había utilizado sin ningún permiso. Una vez más, ellos solos se definen. Entonces, mi amiga Lucía, acudió al ataque, añadiendo un comentario en el que decía que Noble Galgo no les autorizaba a utilizar su perfil. me sonó como si ya se estuviera quitando la zapatilla para arrearle. Yo, por supuesto, se lo agradecí, firmemente. También se unió a la lucha Nayr, dejando otro comentario, que no recuerdo con exactitud, ya que ese individuo lo ha eliminado. No se por que los otros no. Al momento, la foto desapareció de su portada. Está claro que la gente siempre me ha tomado por el pito de un sereno y no tengo ninguna autoridad, teniendo que ser ayudado por dos bravas mujeres para conseguir causar un efecto. Aunque acabo de ver, que esa foto, mi foto, sigue mostrándose en su álbum de fotos, como esperando a ser utilizada de nuevo...






El caso, es que estaba yo pensando en cancelar mi cuenta de facebook y escapar de allí de nuevo... pero uno es débil. Débil e inconsciente. Y curioso. Llevo ya no sé los días en facebook y cada día me pregunto por que no corrí lejos de ahí, otra vez. Quiero decir que yo estoy encantado con publicar, tener amigos y mantener contactos, pero mi cabeza vuelve a darme vueltas como lo hizo hace cinco años cuando escapé. resulta absorbente. Además, yo me quejo, aunque la gente no lo entiende, de que facebook es demasiado blanco. He descubierto que puedes poner colores y fotos de fondo, pero es demasiado complicado para mí y solo lo ves tú, no los demás. Por lo que... tendrá que ser blanco.






Me gusta recibir comentarios. Los agradezco mucho, menos, por supuesto, cuando no son amables, como me ha sucedido varias veces aquí, en el blog, hasta el punto de que cuando recibo un comentario anónimo, siempre contengo la respiración, hasta que descubro que es uno muy amable.






Y me gusta compartir y comentar, en otras páginas de amigos y recibir y dar todos esos "Me gusta". Creo que es bueno, en esta vida, poder decir "Me gusta", cuanto más veces posible. Es un placer, dejar bien claro, dándole a un click, que algo es de tu agrado. Las cosas que puedo decir que me gustan, me siguen gustando siempre. nunca me canso de algo que realmente me ha gustado, pues yo no cambio en mis gustos. Eso no me sucede con las personas, por supuesto. El ser humano es voluble y frecuentemente, de poco fiar. Pero esto, está fuera de nuestro control. Son legión ya, las personas que me gustaron en el pasado, y mucho, y dejaron de hacerlo. Es triste. Pero el mundo es un lugar triste y solitario.






Hace unos días, han operado a mi hermano Oliver, de algo muy grave. Y lo han hecho con ese robot quirúrjico Da Vinci, lo cual a él le parecía fascinar, tanto como asustar. Y no es para menos... Es como si te operaran a bordo de la nave Nostromo.








Ya está en casa y esperamos que bien, gracias. En el hospital, estos días, he conocido a personas, que inevitablemente no me han gustado nada, pero a cambio, también a otras, que me han gustado mucho, mucho. Después de llevar cinco horas en el quirófano, yo, allí solo y lógicamente, preocupado por mi hermano, sin el cual no soy nada, o poca cosa, trataba de buscar y pedir información, sobre su estado. Me sugirieron que en la puerta de los quirófanos, preguntara a quien saliera de allí. Nadie me ayudó o me informó. Incluso, al preguntar a un médico que salía con su uniforme verde y la mascarilla, aún colgando de su cuello, ni se detuvo, ni me miró, y me trató como si le pidiera una limosna, ignorándome y haciendo un gesto con la mano, como indicando que le dejara en paz. Me pareció cruel, maleducado, poco profesional, poco sensible y por supuesto, un cabrón. No me gusta la gente así.






Pasó mucho tiempo, hasta que alguien se prestó a darme ayuda. Eso, esa incertidumbre, la soledad, angustia y falta de ayuda, es lo último que necesitas, cuando esperas en un hospital, a que te digan que tu hermano ha salido bien de una operación. Tres días después de ser intervenido, mi hermano, aún en el hospital, se quiso duchar pero en lugar a esperar a que yo llegara, se metió solo en el baño. Una vez dentro de la ducha, se dio cuenta de que se había dejado el champú y el gel, fuera de su alcance y salió de la ducha para cogerlo. Con los pies mojados, resbaló y se cayó al suelo.






Debido al estruendo, aparecieron un puñado de enfermeras, que le encontraron tirado en el suelo y le rodearon, tratando de ayudarle. Una de ellas, exclamó: "¡Que hostión!""¡Que hostión te has dado!" Mi hermano, a pesar del dolor y del corte que se hizo en el brazo, del que chorreaba sangre, se lo tomó con humor... "¡Paberme matáo!" Esa enfermera, la del hostión, le dijo: "¡Tú ya no te duchas!" puso una sábana en el suelo del baño, le pasó una esponja enjabonada por el cuerpo y le vació varias botellas de agua por encima... luego nos demostró lo encantadora, graciosa y buena, que era. Lo dejó aún más claro. Me gusta esa clase de gente.

Además, tuvimos la inmensa suerte, de que su compañero de habitación y su familia, fueran, seguramente, las mejores personas que podríamos haber deseado tener, compartiendo la habitación. Me hace feliz y me gusta, encontrarme con gente buena, tanto, como me irrita la gente desagradable, como fue su segundo acompañante, una vez que al primero, le dieron el alta.






Nosotros, somos bastante misántropos, ya lo he dicho muchas veces, pero todo es consecuencia de las experiencias en esta vida. Por esa misma razón, valoramos muchísimo a la gente buena, amable y educada, cuando topas con ella. Esa gente, sí me gusta. Y la apreciamos mucho, como merecen.

Cuando le dieron el alta a mi hermano, tenía inflamaciones por los brazos, debido a las vías. Las enfermeras le decían que una vez en casa, se aplicara en la zona, una pomada epecífica: Trombocid. Cuando ya salíamos de la habitación, apreció la enfermera del "hostión". Al verle las inflamaciones, se fue y apareció a los pocos segundos con un tubo de Trombocid y unos puntos adhesivos, para que se los pusiera yo en casa, en el corte del brazo, por seguridad. Se lo agradecimos mucho y volvió a desapartecer corriendo, para volver al momento con una silla de ruedas. "Toma", me dijo, entregándomela. "Le sacas hasta la calle en ella, como los americanos" :D "Las normas son que una vez en la calle, vuelvas a traerla, pero la dejáis en el hall y os largáis". Esa clase de gente, a la fuerza te tiene que gustar. Y es un placer encontrártela. Bendita sea.






Unos días después, Oliver acudió al ambulatorio, cercano a casa, a que le quitaran las grapas de la cirujía y la bolsa con la sonda que aún llevaba. Un rato después, ya en casa, se dió cuenta de que la herida donde había llevado un catéter para el drenaje (todas estas cosas son repugnantes), le supuraba sin cesar. Yo no estaba en casa, pero le dije que corriera al ambulatorio a que se lo vieran. Cuando Oliver llegó allí, para que se lo vieran, a pesar de haberse colocado un buen número de gasas, llevaba todo el pantalón empapado, con una mancha enorme. Le dijo a una enfermera, que venía con una urgencia. Ella: "Caballero, espere a que le llamemos". Pasó una chica que esperaba antes de él y cuando esta salió, Oliver seguía esperando. Después de un rato, mi hermano metió la cabeza por la puerta abierta donde debían atenderle y vio a tres enfermeras charlando, cuando volvió a decir si le podían atender, la enfermera de antes, le volvió  insistir en que esperara, entonces él, levantándose la camisa, les mostró todo el gran apósito de gasas empapadas y la gran mancha del pantalón, insistiendo en que necesitaba ayuda. Ellas al ver su estado: "¿¡Por que no ha dicho que era urgente!?" Oliver: ¡Es lo primero que he dicho al llegar!" Ella: "¡Tumbese en la camilla!"






En todas partes, te puedes encontrar gente buena y competente y todo lo contrario. Cuando se trata de asuntos de salud, puede ser sangrante, y nunca mejor dicho. Por la noche, seguía supurando en abundancia y alarmados, preocupados a también indignados, nos fuimos a urgencias. Oliver, que ya estaba quemado, por la actitud de la enfermera de la mañana, llegó y planteó seriamente que necesitaba ayuda urgente. Después de esperar durante un rato, salió de una enfermería de curas, otra vez con ese orificio cosido, más relajado y riéndose con quienes le habían tratado. Les pidió un palo, para morder mientras le cosían a lo vivo... por que la anestesia, podía dolerle tanto como coserle sin ella... Cuando un médico altísimo le insistió en que no dolía, Oliver:"¡Por que mides dos metros, que si no, te ibas a enterar!""¿Crees que soy Rambo?" Esta vida es un sin vivir... pero aún más, cuando la gente no es como se espera de ella o debería ser.

Me gusta que cuando viajo en metro, algo tan común y poco interesante, como poco alentador para el espíritu, algo me enriquezca animicamente y alimente el alma, como encontrarme siempre en un andén de Sol, a dos chicos tocando el violín, interpretando preciosas piezas como "Ombra mai fu", de Händel. Me parece sublime, en ese entorno tan gris. También ver publicidad de ciertas exposiciones o películas, que me alegra descubrir.






Para relajarnos, por todo lo pasado estos días, mi hermano y yo, vimos por la noche esa película sobre Hércules, protagonizada por Dwayne Johnson.






Es mero entretenimiento y además, nos encanta Dwayne Johnson, pues además de ser un genial actor de películas de acción y tener ese aspecto de tipo duro, también es un genial actor de comedias y su cara y sonrisa, dicen claramente que es una buena persona.









Me gusta mucho la gente como él. Nos alegra la vida. Y agradezco mucho que existan, por supuesto.

Y me gusta mucho, pero mucho, mucho, entar todas las mañanas en nuestro salón, cuando el sol da de pleno y tengo la persiana bajada. La luz que consigue entrar, lo ilumina todo de una manera que hace que siempre, antes de desayunar, tenga que entrar a contemplarlo. Me extasío.





Y me gusta mucho también, cuando ya subo la persiana 
y la luz lo inunda todo



Y ver a mi Margarito y a mi Lolita,
deambular por ahí






Y por supuesto, me gusta mucho descubrir que hay gente buena y sensible, que se dedica a ayudar a las criaturas que otros mal nacidos maltratan cruelmente. No se que sería de esos pobres seres sin esas buenas personas. Y me rompe el alma, pensar en todos los que sufren sin llegar a coincidir con esa buena gente que los ayuda, rescata y salva. Benditos sean, también.




Cachorrillo encontrado junto al cadáver de su madre.
 Ya rescatado, afortunadamente



Cachorra de galgo, Lucy padeciendo  sarna demodecica, pioderma y malnutrición. Nadie la ayudaba, hasta que una buena persona 
se cruzó en su camino



Perrillo en estado crítico, también rescatado,
encontrado con una brida apretada en el cuello, 
asfixiándole.




Y también me gusta, que a pesar de todo lo que nos rodea y los palos que nos arrea la vida, no perdamos nunca el sentido del humor. Dramático sería, el día que eso pudiera suceder.

Por eso, os dejo con dos vídeos de Dwayne Johnson que no tienen desperdicio y que demuestran su talento (¡incluso para cantar!) y su buen humor. En el primero, se empeña en demostrar en que él es un tipo duro y también usa maquillaje. Merece, y mucho, la pena verle, parece la mismísima Sally Bowles. En el segundo, es un explorador acompañado de otro tío y una exploradora, que se desespera ansiosamente, por querer extraerle, succionando el veneno que con unas cerbatanas, le inyectan unos indígenas. Acaba con los dos, largándose y diciendo que vuelven en 15 minutos. No os lo podéis perder.


(Por favor, pon antes en pausa el reproductor de música, en la barra inferior de la pantalla. Gracias)

 





Para mi hermano Oliver



Crimson Peak

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Dame una historia de fantasmas, situada en una mansión, en el siglo XIX, ya sea en novela o película, y ya puedes hacer de mí, lo que quieras...!

Crimson Peak (en España, creo que es "La cumbre escarlata) es la última película dirigida por Guillermo del Toro y escrita por del Toro, Matthew Robbins y Lucinda Coxon. 






Está protagonizada por:

Tom Hiddleston como Sir Thomas Sharpe, el marido de Edith, un "héroe encantador, con un pasado misterioso".






Jessica Chastain como Lady Lucille Sharpe, hermana de Sir Thomas.






Mia Wasikowska como Edith Cushing.






Charlie Hunnam como el Dr. Alan McMichael, un "chico tranquilo, tímido, reflexivo, estoico, taciturno y muy culto, que está locamente enamorado de Edith".






Benedict Cumberbatch y Emma Stone fueron originalmente los elegidos para protagonizar la película, pero ambos se retiraron de la producción. Tom Hiddleston y Mia Wasikowska, fueron los interpretes definitivos. Y la verdad, viendo el aspecto de  Hiddleston en las fotografías, hace que nos olvidemos de Cumberbatch.






Hiddleston y Chastain, durante el rodaje en Canadá



Y dándose miedo mutuamente






Del Toro ha definido a la película como una "historia de fantasmas y romance gótico".

Después de una tragedia familiar, una aspirante a escritora, Edith Cushing (Wasikowska) se ve dividida entre el amor por su amigo de la infancia y la tentación de un misterioso forastero. En una mansión en ruinas, en Cumbria, una región en gran parte rural y montañosa del norte de Inglaterra, en el siglo XIX, la joven autora  descubre que su nuevo marido el encantador Sir Thomas Sharpe (Hiddleston) no es quien parece ser. Intentando escapar de los fantasmas de su pasado, se encuentra a sí misma, en una casa que respira, sangra… y recuerda”.

Por supuesto, la dirección artística, ambientación, fotografía y vestuario, es impresionante.












Yo estoy deseando verla, con ansiedad. Una película así, aunque sea muda, o incluso sin guión, me puede dejar fascinado. Desborda belleza. ¡Y espero que miedo, también!













Este es artístico e impresionante cartel,
que ha realizado Bartozs Kosowski



(Por favor, pon antes en pausa el reproductor de música, en la barra inferior de la pantalla. Gracias)

Admirar a Meryl Streep

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Yo, ya sabrán ustedes, amables seguidores de este blog, soy bastante mitómano. No creo que sea un defecto. Si algo te produce placer, te alimenta el espíritu y no causa daño a ti mismo o a los demás, ha de ser bueno.

Admiro a mucha gente y casualmente, en general, suelo admirar su trabajo y a la persona, también. Raro es que alguien que admiro por su obra, me decepcione al conocer aspectos más personales de él o ella. Hay excepciones, por supuesto. Alguna vez, después de leer una entrevista de alguien a quien admiraba, se me ha derrumbado el mito absolutamente y de forma inevitable. Hay algunas celebridades, que después de leer sus opiniones, me decepcionan de tal manera, que ya pierden gran parte de interés para mi, pues no olvido que dijo tal o cual cosa.

Pero lo mejor, es cuando alguien de quien soy fan, al conocerle mejor, hace que sienta aún mayor admiración por él o ella.

No creía que pudiera admirar más de lo que ya lo hago, a Meryl Streep. Creo que es una de las grandes más grandes, que en el mundo del cine son y han sido. Ella es capaz de interpretar a cualquier personaje y todos los borda. ¡Incluso el de rabino!






De la misma manera, admiro aún más, a quien además de por su obra o trabajo, me impresiona por su inteligencia o por coincidir con mis ideas. Meryl Streep, nunca me decepciona en ese aspecto. Posee un inmenso talento, un gran sentido del humor (algo que siempre valoro mucho en las personas) y es inteligente.

Al leer el siguiente párrafo, sobre algo que ella piensa y dice, no pude por menos que aplaudir, por estar absolutamente de acuerdo con lo que ahí dice. 





"No lo soportaré más"

"Ya no soportaré más algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere. No tengo paciencia para el cinismo, las críticas excesivas y exigencias de cualquier naturaleza. Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme.

Ya no dedicaré ni un minuto a quien me miente o quiere manipularme. Decidí no convivir más con la pretensión, hipocresía, deshonestidad y elogios baratos. No tolero la erudición selectiva y la altivez académica. No me mezclaré más con el gentío o la chusma. No soporto conflictos y comparaciones. Creo en un mundo diverso y por eso evito personas de carácter rígido e inflexible. En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la traición. No me llevo nada bien con quien no sabe elogiar o incentivar. Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien no gusta de los animales. Y encima de todo ya no tengo paciencia ninguna para quien no la merece".

Meryl Streep.


Podría haberlo firmado yo, si fuera capaz de decirlo así de bien.






Yo, aunque pudiera darse el caso de parecerlo, no soy nada arrogante. ¡Ojalá lo hubiera sido, pues estoy seguro de que me habría ido mejor en la vida! Tampoco estoy dispuesto a perder el tiempo con lo que no me gusta e incluso puede llegar a molestarme o irritarme. También he aguantado mentiras y manipulaciones, de ciertas personas en el pasado y que hace que me enfade conmigo mismo, por haberlo soportado. ¡Nunca más!

Y estoy hasta el culo, de la falta de lealtad y la traición en la amistad. Me ha costado toda una vida, llegar a tener claro que ya no soportaré ni una pizca de ello.

Por supuesto, totalmente de acuerdo en lo referente a los animales.

Y tampoco tengo ya, ninguna, pero ninguna paciencia, para quien no se la merece. Demasiado agotador, estéril e incluso doloroso. No, gracias.

Ahora, unas bonitas fotos de Meryl Streep, de su fructífera y genial carrera.














Se merece cada uno de sus Oscars, Globos de Oro, Baftas...





En casa de Greta Garbo

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"Cuando Garbo sale del estudio, el glamour se va con ella".
(Adrian, diseñador de los estudios MGM)



En octubre de 1953, Garbo compró un apartamento de siete habitaciones, que estaba situado en el 5º piso del edificio Campanile, en el nº 450 de la calle 52 Este, de Nueva York. Ella contó a un amigo, que le había costado mucho conseguir ese apartamento. No querían actrices en el edificio y gracias a la ayuda de sus amigos George y Valentina Schlee, que vivían en el 9º piso, consiguió comprarlo. Después de años viajando entre dos continentes, era hora de asentarse. Garbo gastó 38.000 dólares en 1953. A mediados de los años 90, el valor del apartamento era de más de 1 millón de dólares.










La localización de su casa, era ideal para Garbo. Situada al final de una calle sin salida y con amplias vistas al East River. En todo el edificio, solo había 16 apartamentos y una piscina.






Aquí, Garbo vivía en medio de Manhattan y cualquier lugar estaba a su alcance, caminando. Lexington y Madison, se encontaban a pocas manzanas de distancia. El Museo de Arte Moderno y Central Park, también muy cerca. Y una calle sin salida, debía de proporcionarle cierta sensación de protección. Cualquier persona que la siguiera a casa, después de sus muchos paseos, sería descubierta enseguida, cuando ella doblara la esquina de su calle.







Amueblar y decorar el apartamento, para conseguir su propia idea de comodidad y elegancia, le llevaría tiempo. Su hogar era su santuario. Nadie entraba ahí, sin invitación. Algunas de sus habitaciones, daban a una segunda habitación y los invitados nunca pasaban de la primera, que debía de ser muy seductora, pues tampoco querías ir más allá.




Una imagen de la entrada al apartamento,
donde se puede ver a la derecha, la salida del ascensor,
y a la izquierda, el hall, con una alfombra diseñada 
por Garbo, una banqueta Louis XV
y sobre esta, una pintura de su hermano 
Sven Gustafson.


Su salón de estar era inmenso. Un salón muy grande para un apartamento de Nueva York. Y maravillosamente iluminado por la luz del sol. Decorado en tonos cálidos y gamas de rosas, sus paredes estaban cubiertas por fantásticas pinturas.





Sobre la chimenea, una pintura de Renoir de 1909, 
Léontine et Coco, en la que se puede ver 
al hijo del pintor, Claude.

Dos butacas, estilo Louis XV, atribuidas
a Jean-Baptiste Tilliard, flanquean la chimenea,
donde dos gallos de porcelana china del siglo XVIII,
comparten espacio con cajas del siglo XIX,
también de porcelana china.

El escabel es Louis XVI.




Otro Renoir, Enfant Assis en Robe Bleu de 1889,
sobre una cómoda de marquetería de estilo 
regencia, con dos figuras ecuestres de
porcelana de Staffordshire, de 1835.

La silla es Louis XV.

Las cortinas de seda son del siglo XVIII
y la alfombra, Louis XV. Se mezclan con
exquisito mobiliario de estilo regencia
y pinturas impresionistas.



Todo lleno de color y lleno de vida. Nada era blanco o negro. Garbo amaba las cosas bonitas y el color. Pensaba que el color era esencial en el arte y la decoración y se rodeaba a sí misma, de vibrantes tonalidades.

"Amo el color. Quiero que una habitación cante. ¿Como podría alguien no entenderlo? En mi caso, es innato. No he tenido que aprenderlo. Esta habitación es mi creación y creo que es bastante buena. Debes aprender a confiar en ti mismo".

Garbo era también una apasionada del arte y las antigüedades. Comenzó a coleccionar obras de Renoir, en los años 40. Además, sabía lo que coleccionaba. Ella lo estudiaba, visitaba galerías de arte y exposiciones en museos. Buscaba preciosos objetos, arte y antigüedades, en Europa y Estados Unidos.






Las amapolas, de Pierre Bonnard, 
cuelgan en otra pared del salón.


En otras paredes hay retratos, un bodegón
de  Alexej von Jawlensky y óleos de 
Georges Rouault y Juliette Juvin.





Y en su vestidor, destaca la alfombra,
también diseñada por ella en 1962.

También podemos ver sombreros apilados 
sobre una mesita  rusa pintada, de 1880.

Ese vestidor, albergó la ropa y las pertenencias 
de Greta Garbo, que mas tarde fueron subastadas 
después de su muerte.













Un detalle del dormitorio principal

 Una pintura de Jean Atlas, titulada Composition,
regalo de su amiga Elie de Rostchield,
cuelga encima de una cómoda rococó, con los cajones 
decorados con flores y un faisán.

Y colocado sobre la cómoda, 
Costume Desing for a Masked Lady,
gouache de Dimitri Bouchènés.



Para decorar el dormitorio de la Garbo, cuentan que ella mostró una pequeña pantalla de una lampara, que se llevó del vagón restaurante del primer tren en que viajó en Suecia y colocando la llama de una vela, dentro de ella, dijo que ese tono, que se podía ver en la seda iluminada,  era el que quería en su dormitorio... Después de varios intentos, Garbo les dio las gracias por conseguir justo el tono deseado por ella. "Garbo sabía perfectamente como usar el color para dar energía a un espacio".



Estas son unas imágenes de Greta Garbo tratando 
de pasar, inútilmente, desapercibida,
por las calles de Nueva York.

Paseando con su amigo, Cecil Beaton





Y estas, son unos retratos que le realizó
Cecil Beaton, cuando ella le pidió que le hiciera
unas fotos para renovar su pasaporte.

Los genios con un gran ego, 
no saben limitarse a lo que se les pide...

A mí me gustan mucho, pues muestran a una Garbo
relajada y en confianza.











Creo firmemente que Garbo es una de las estrellas 
más fascinantes, que han aparecido en una pantalla.







We miss you, Miss Garbo 

TOMADO DE UN VIEJO CUENTO RUSO…

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...Cuando La´Ma el dragón fue a ver a la Madre del universo después de la creación le dijo:

Madre deseo ser un perro pero con cualidades divinas diferente  a todos. La Madre compadecida de verlo tan solo, pues únicamente quedaban dos dragones de época antigua, le dijo: “ Esta bien viejo y amigo dragón que deseas?”  La´Ma el dragón le dijo:

Deseo la velocidad de las gacelas de ojos claros,

La mirada de las águilas blancas que surcan los cielos,

El olor de las palomas,

El silencio de la niebla de las estepas rusas,

Sonreír como los niños,

La lealtad de los Ángeles y el amor de los perros.

Madre le dijo “sea” y dos maravillosos Borzoi surgieron de su manto, cayeron en las estepas de Rusia y desde entonces vagan por allí…













Ese texto me ha conmovido y emocionado las dos veces que lo he encontrado. Doy fe de que cada uno de los deseos y descripciones que da La´ma el dragón, son absolutamente ciertos en los borzois. Esas son algunas de sus maravillosas características. 

Es increíble ver correr a un borzoi. Corren como un galgo, pero al ser más grandes, su carrera es menos enérgica. Parece como si no les costara ningún esfuerzo correr. Siempre me ha impresionado verles correr.

Los galgos, y los borzois entre ellos, son perros que se guían más por la vista que por el olfato, de ahí, lo de la mirada de las águilas.

Siempre he dicho que los borzois huelen deliciosamente, como un ave, "...el olor de las palomas".

Son perros absolutamente silenciosos. Raro es oírles ladrar.

He visto mil veces a mis borzois sonreír, enseñando los dientes (que no los colmillos), cada vez que se alegran de encontrarse con alguien a quien quieren. No lo he visto en otros perros.

Y lo de la lealtad de los Ángeles y el amor de los perros, es obvio.




Mi preciosa Tallulah.

Te echamos de menos cada hora del día,
todos los días.







Esos lobos que nos salvaron. Por Rosa Montero

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Siempre me han fascinado los neandertales, esa otra especie humana con la que hemos compartido el planeta durante muchos miles de años. ¿Se imaginan? Ya hemos convivido con alienígenas, y de hecho guardamos un vivo recuerdo de ellos: los extendidos mitos de ogros, troles, yetis y big-foot son el rastro que esos seres dejaron en nuestra memoria colectiva. En realidad sabemos muy poco de los neandertales y su extinción es uno de los grandes misterios de la paleontología. Los expertos están en una guerra constante de fechas y datos; creo que, a la dificultad de conseguir información precisa en una materia tan remota, se añaden una infinidad de poderosos prejuicios por el hecho de estar tratando un tema tan sensible como la supuesta preponderancia de nuestra especie.






De modo que, durante años, se pensó que los neandertales eran unos brutos inferiores y que los cromañones, mucho más refinados e inteligentes, llegamos y les borramos por nuestra pura superioridad. Luego se ha descubierto que nuestros primos eran tan inteligentes como nosotros; que, además, con su cuerpo masivo estaban más adaptados que nosotros para el frío de la glaciación (y, sin embargo, quienes desaparecieron fueron ellos); que convivimos durante muchos milenios (entre 15.000 y 130.000 años, dependiendo de las fuentes); más aún, ¡que nos apareamos! Y que tuvimos descendencia fértil, porque todos los humanos, salvo los africanos subsaharianos, tenemos entre un 1% y un 4% de genes neandertales. Eso sí, el cruce debió de ser muy raro. Un serio y famoso estudio estadístico aventura que sólo hubo 10.000 parejas mixtas de padres. Cómo se llega a una precisión contable de este tipo es una magia genética y matemática que soy incapaz de vislumbrar.






Aunque los neandertales estuvieran más preparados para el frío, eso no les salvaba de la hambruna que trajo el invierno

Pero volvamos al misterio de la extinción de los neandertales. Durante algún tiempo, y de hecho hasta hace muy poco, hubo una teoría maravillosa. Ya hemos dicho que neandertales y cromañones éramos exactamente iguales en cuanto a capacidad intelectual, nivel tecnológico de fabricación de herramientas y demás. Sin embargo, parecía que nosotros, además de fabricar hachas, hacíamos collares. Que no sólo nos interesaba lo útil, sino también lo hermoso. Y que ese talento artístico, digamos, podía haber sido la clave de nuestro éxito. Que la capacidad de crear y apreciar la belleza hubiera sido lo que nos salvó de la extinción me pareció tan emocionante que escribí un artículo sobre ello e incluí este dato en varias conferencias. Pero se trataba, de nuevo, de una conclusión errónea y etnocéntrica. En la última década se ha demostrado que los neandertales también se hacían collares de dientes de animales, también apreciaban lo estético. Volvíamos a ser iguales. Volvíamos a quedarnos sin ninguna diferencia que explicara por qué ellos desaparecieron y nosotros no.







Ahora he leído en The Guardian una noticia fascinante. Un profesor norteamericano, Pat Shipman, acaba de publicar un libro en el que propone una teoría formidable. Recordemos que, en la época de la extinción, la glaciación estaba haciendo que la vida fuera mucho más difícil; aunque los neandertales estuvieran físicamente más preparados para el frío, eso no les salvaba de la hambruna que los rigores invernales trajeron: había menos comida para todos. Y, entonces, sucedió algo maravilloso: los cromañones se aliaron con los lobos para cazar. 








Dio así comienzo nuestra viejísima relación con los perros; hay restos óseos de hace 40.000 años de humanos y lobos enterrados juntos, y en los huesos de los animales no se veían huellas de dientes, lo que demostraba que no habían sido devorados, sino que formaban parte de la familia; además, para entonces los cráneos de los lobos ya estaban ligeramente modificados, porque eran una especie doméstica.





Humanos y lobos somos especies parecidas y complementarias; somos omnívoros, oportunistas, jerárquicos, animales sociales que nos ocupamos de nuestras crías y de nuestros viejos. En tiempos de hielo, de penuria y de hambre, tuvimos el ingenio de aliarnos para cazar. Juntos, cromañones y lobos debimos de formar un equipo letal y poderoso. Cazamos (y exterminamos) a los mamuts, a los leones y los búfalos europeos. Y matamos de hambre a los neandertales. El libro del profesor Shipman se titula The Invaders: How Humans and Their Dogs Drove Neanderthals to Extinction (los invasores: cómo los humanos y sus perros llevaron a los neandertales a la extinción). Miro ahora a mis perras, conmovida y conmocionada por la idea de que probablemente nos salvaron como especie. Y, desde entonces, cuántas veces hemos abusado de ese pacto, cuántas veces los hemos traicionado.

@BrunaHusky

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www.rosa-montero.com








El hombre es, supongo que por naturaleza, el ser más egoísta y depredador. También, estoy seguro, el más cruel. Y además, el menos agradecido. Muy a menudo (demasiado a menudo), además, los humanos se comportan, como auténticos mostrencos. ¿Cuantos años, siglos, han transcurrido desde la era de los cromañones? Pensarlo me produce mareos. Después de leer lo que Rosa Montero nos cuenta más arriba, queda claro que no toda la Humanidad ha evolucionado; incluso muchos, involucionan irremediablemente. Es tan lamentable como indignante. Y da mucha pena y también duele comprobar que en pleno siglo XXI se sigue masasacrando a esos lobos que ayudaron fielmente a sobrevivir a nuestros más antiguos ancestros. Y por supuesto, a los descendientes de esos lobos, nuestros más fieles y nobles compañeros. Existe una enorme falta de empatía y devoción, hacia quienes son capaces de ser tan fieles y han estado a nuestro lado a lo largo de la historia de la Humanidad.

























Todos despreciados, abandonados, enfermos, heridos, atropellados, con las patas rotas, ahorcados, arrojados a pozos... o con el chip arrancado cruelmente. Y todos, curiosamente (o tal vez no) perros de cazadores.

Estos casos de criaturas rescatadas y necesitadas de ayuda o adopción, y muchos más, podéis verlos en NOBLE GALGO


Love Hangover

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En 1976, Diana Ross lanzó el álbum precisamente llamado, Diana Ross y era el número 11 en su discografía, sin contar todos los que grabó formando parte de las magníficas Supremes. En dicho álbum estaba incluída la canción Love Hangover, que sería nominada en 1977 a los Grammys, per no ganó. Lo hizo Lowdown, interpretada por Boz Scaggs, aunque no tan buena canción, ni de lejos, como Love Hangover, según mi opinión.






Esta es una canción que siempre me ha fascinado, por diferentes motivos. Comienza como un tema soul, muy lentamente y cantada de forma sexy, para de repente, convertirse en lo mejor del estilo de música disco de los 70. Y obviamente, es Diana Ross quien canta y eso, ya es bastante.



Fotografiada en los 70 por Skrebsneski


Diana RossLove Hangover 

Ah
If there's a cure for this
I don't want it
Don't want it
If there's a remedy
I'll run from it
From it

Think about it all the time
Never let it out of my mind
'cause I love you

I've got the sweetest hangover
I don't want to get over
Sweetest hangover

Yeah, I don't want to get over
I don't want to get
I don't want to get, over

Ooh, I don't need no cure
I don't need no cure
I don't need no cure

Sweet lovin'
Sweet, sweet, sweet, sweet love
Sweet, sweet love
Sweet, sweet, sweet, sweet love

Don't call a doctor
Don't call her momma
Don't call her preacher

No, I don't need it
I don't want it

Sweet love, I love you
Sweet love, need love

If there's a cure for this
I don't want it
I don't want it no
If there's a cure for this
I don't need it
Sweet, sweet, sweet, sweet love
Sweet, sweet, sweet, sweet love
Sweet, sweet, sweet, sweet love
Sweet, sweet, sweet, sweet love

Songwriters: Mc Leod, Marilyn / Sawyer, Pamela Joan
Love Hangover lyrics © Sony/ATV Music Publishing LLC


Resaca de amor

Si hay una cura para esto,
no la quiero.
Si hay un remedio para esto,
huiré de él.

(...) Tengo la más dulce de las resacas.
No quiero recuperarme.

(...) Oh, no necesito ninguna cura.

(...) Dulce, dulce, dulce amor...

(...) No llames al doctor.
No llames a mamá.
No llames al cura...

(...) No, no los necesito.
No, no los quiero.

(...) Dulce, dulce, dulce amor...



(Por favor, pon antes en pausa el reproductor de música en la barra inferior de la pantalla. Gracias)




Aquí podemos ver a Diana Ross cantando en vivo, vestida, adivino, por Bob Mackie.





5th Dimension, que siempre me han gustado mucho, hicieron una versión de Love Hangover también en 1976.




 Esta es, dicha versión.






El siguiente vídeo es toda una lección de como bailar la música disco. Y toda una lección de moda de los 70, también. He visto ahí, varios looks, que creo que deberían seguir llevándose.





Buscando versiones de esta canción, me encontré con una sorpresa que me ha hecho mucha, mucha gracia, de hecho, más exactamente, no paro de reír en todo el vídeo. Se trata de una adaptación interpretada por Zeb Atlas, que para quienes lo desconozcan (esto es... cultura general), es un celebérrimo actor porno gay, bastante grande y robusto. Pondré una foto de él aquí, pero para no causar fuertes impresiones, desmayos y rubores inesperados en alguna persona con cierto sentido del pudor, la decencia y el recato, la censuraré.



Aunque, incluso censurado, creo que 
puede resultar "indecente", en cierta manera.
¿O puede que yo tenga la mente muy sucia?



Los osados o curiosos, pueden ver esa foto sin mancillar, aquí, en todo su glorioso esplendor.

Y este es el vídeo en cuestión, de Zeb Atlas. Yo creo que hace una versión digna y muy, muy divertida. Pearly Gates (¡genial!), que canta con él, parece que se lo pasa fantásticamente y lo disfruta muchísimo. No se si ya he dicho, que yo no puedo parar de reír a carcajadas, viendo este vídeo. Disfrútenlo.



Who's that Marlene?

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Kylie, en un selfie que subió a su Instagram,
durante la sesión de fotos, acompañada de 
su maquilladora, estilista y peluquero.

"No era capaz de reconocerme en el espejo,
cuando hicimos esas fotos".



Adoro y doy gracias al cielo, todos los días, por que en este mundo lleno de cosas tristes, e incluso horribles, y repleto de gente despreciable, existan personas que lo enriquezca, llene de belleza, creatividad, arte y color. Y que nos haga soñar, también. Bendigo a Kylie entre otros muchos, por cosas como estas, por existir.






Y por que valore y quiera a los perros, también.

Y los perros, obviamente, quieren a Kylie.




No puedo evitar, poner aquí unos vídeos, de Kylie haciendo diferentes versiones de "Better The Devil You Know", una de sus canciones más conocidas y también una de mis favoritas de ella.

El primero es del inicio de su concierto de la "Showgirl Homecoming Tour" del 2006, durante su lucha con el cáncer.

Ella está exquisita y hechizante en el escenario. Es un placer verla moverse con una elegancia que no parece de esta época. Eso, entre otras cosas, la diferencian de otras muchas.

(Por favor, pon antes en pausa el reproductor de música, en la barra inferior de la pantalla. Gracias).

  


Esta es una preciosa versión, a dúo con Adam García, que no solo es buen actor, además canta y baila, que da gusto verle. A ambos.




Este vídeo, lo puse en el blog hace mil años, pero me encanta verlo una y otra vez. Es la misma versión que canta con Adam García, pero ella está muy diferente, mucho más sexy. Fantástica. Esta vez canta con el fantástico Leon Jackson, concursante del X Factor británico. Da gusto verles.




Esta, para terminar, es la versión que Kylie hizo en su precioso disco "The Abbey Road Sessions", muy bonita, en versión lenta, que no tiene nada que ver con las anteriores.



La falta de empatía

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Debería ser una característica y una cualidad de los humanos, sentir empatía por las personas y las criaturas (sean de la especie que sean), que sufren o están necesitadas de ayuda. Pero esto, casi nunca es así. Es poca la gente que se pone en el lugar de los demás, cuando a estos, la vida se ensaña con ellos. Al mismo tiempo, también parece que unos pobres sufren más golpes de la vida que otros, que se podría decir, viven mejor.






Incluso malas personas viven muy bien mientras personas buenas las pasan muy putas, pero ya sabemos que la vida no es justa.






El ministro del gobierno del Partido Popular, Cristobal Montoro, declaraba hace unos días en una entrevista, que él no está aquí para tener empatía hacia los ciudadanos. Por supuesto, hace mucho, debido a sus acciones, nos dimos cuenta de que el gobierno no siente ninguna mínima puta empatía hacia los españoles; al menos, hacia los más necesitados de ella. Lo que me enerva, es que uno de esos individuos lo reconozca y lo declare arrogantemente, sin ningún pudor y sin avergonzarse . Me indigna, aunque ya lo supiera, por obvio.






¿Como van a tener empatía hacia los ciudadanos, cuando recortan y suprimen todo tipo de ayudas a los que más necesitan salvación? A los que más tienen, poco les puede afectar la subida del IVA, los recortes en sanidad, educación y ayudas sociales. Los pobres y necesitados, son despreciados por que la empatía no es cosa a tener en cuenta por el gobierno (cuanto más lo pienso, más y más me indigno). Ellos nunca se ponen en el lugar de los más necesitados.






Pero parece que sí sienten una gran empatía por salvar bancos (23.000 millones de euros del Estado a Bankia) o invertir 400 millones de euros en productoras, para emitir programas impresentables, en Canal 9, pagandole, solo a Sánchez Dragó, 9 millones de euros (por un programa tan infumable como el propio individuo), que tenía un 1% de audiencia.





Mientras tanto... ¿cuantos enfermos han muerto esperando ayuda, por que con los recortes no había dinero? Ahora, deciden medicar a los enfermos de hepatitis C (no a todos), cuando se acercan elecciones y para muchos, por desgracia, ya es demasiado tarde. 






También deciden, ahora, asistir sanitariamente a los emigrantes sin papeles, por que según ellos mismos, es lo más sensato y correcto, de lo cual se deduce, que han estado actuando todo este tiempo, ellos mismos lo reconocen, insensata e incorrectamente. Que vergüenza.

Y también me entero de esto:





¡En la mismísima calle Bailén! Y junto a la catedral, 
el palacio Real y la plaza de Ópera...

Que un cura, obispo o sumo sacerdote 
(¡siempre me lío con los cargos!), viva así,
a la fuerza ha de ser pecado.

Claro que su cara resulta bastante esclarecedora.


¿Este señor de la mitra, sentirá alguna preocupación 
y empatía por las víctimas de los desahucios?
El gobierno ya sabemos que no.

Él debería presidir la plataforma antideshaucios.



Me entero también, de algo que me deja pasmado:





Me parece absolutamente encomiable, el que una persona se sienta solidaria y conmovida por los niños enfermos de cáncer, pero... en este caso concreto, me indigna viniendo de quien viene esa solidaridad. No puedes tratar de ayudar a vivir a unos seres, a costa de torturar, derramar sangre y asesinar a otros seres por los que naturalmente, no tienes ninguna puta empatía. ¡No puedes apoyar a la vida, a costa de derramar sangre inocente y matar!









Y por supuesto, también he pensado lo que alguien dice en el segundo renglón, en este comentario:





Además, hablando de la falta de empatía, se recortan ayudas a los necesitados, mientras...




¡¡¡650 MILLONES DE EUROS!!!



Es necesario tener buen corazón y nobleza, para sentir empatía por el sufrimiento de los demás.






Aunque por supuesto, yo no debo de tener muy buen corazón, pues soy incapaz de sentir empatía hacia Cristóbal Montoro, Rouco Varela, El Juli... y muchos más.

Y los cazadores, además de desconocer lo que es la empatía hacia los seres vivos, tampoco la tienen hacia sus propios perros, a los que utilizan, para luego despreciarlos, abandonarlos e incluso muchas veces, asesinarlos. No les conmueve una triste mirada que lo único que ofrece es fidelidad, amor y nobleza. Pero ya he dicho antes, que la falta de empatía no abunda como debiera.






En Noble Galgo, hay muchas criaturas, como esa pobre podenca abandonada, necesitadas de ayuda y amor, además de empatía. Muchos son los rescatados enfermos, deshidratados, desnutridos, heridos o atropellados, por un puñado de personas que tienen corazón, después de que muchos de ellos lleven días, semanas o meses, necesitados de salvación, mientras son presenciados e ignorados, por mucha gente carente de empatía. Es como para creer en los ángeles. Y e los demonios, también.






Una persona se ennoblece, cuando presta su ayuda y protección a un ser débil necesitado de ella.





No puedo imaginar a Rouco o Montoro, alimentando a un desvalido gatito.


Solo los amantes sobreviven

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Es bueno ver cine, pues entre otras cosas, tienes la opción de desconectar y evadirte durante 90 minutos. Si además, la película que contemplas, te gusta mucho, se convierte en un placer.

He visto "Solo los amantes sobreviven" ("Only Lovers Left Alive"), dirigida por Jim Jarmusch y protagonizada por la siempre genial Tilda SwintonTom HiddlestonJohn Hurt, Mia WasikowskaAnton Yelchin. En realidad, todo el reparto está genial. Todos son actores célebres por su talento.





Adam e Eve están casados y se aman a pesar de que hace mucho, mucho tiempo que se conocen. Aunque viven separados, él en Detroit y ella en Tánger, se aman. Ambos son dos personajes fascinantes, intelectuales, y amantes de la música, la literatura y la ciencia. Adam es músico. Compone música underground y colecciona guitarras antiguas que le proporciona un encantador y servicial Ian (Anton Yelchin), que le ayuda resolver problemas y encargos, pues Adam apenas sale de casa.




Debido a su estado de depresión, le encarga a Ian que le consiga una bala de madera...




Eve, desde Tánger, habla por teléfono con Adam y preocupada, decide ir a visitarle en un vuelo nocturno. Ambos son inteligentes, cultísimos, hablan muchos idiomas e Eve, incluso conoce los nombres científicos de la fauna y la botánica, nombrando con ellos a las plantas y animales que encuentra. Se sorprende al ver unas setas en el jardín de Adam, en la época del año inadecuada. Y cuando una mofeta se cruza en su camino, ella exclama encantada: "¡Mephitis Mephitis!". Además, en sus maletas solo carga con libros. El Quijote, entre ellos.











Adam e Eve poseen razones para haber adquirido tanto conocimiento, pues tienen siglos de edad. De hecho, la foto de su boda es un daguerrotipo. Adam e Eve son vampiros.







También es vampiro, un buen amigo que vive cerca de Eve en Tánger; nada menos que Christopher Marlowe, que por supuesto, afirma haber escrito Hamlet. Marlow (John Hurt) es quien le proporciona sangre de donantes de hospital a Eve, pues es demasiado arriesgado, en pleno siglo XXI, ir por ahí bebiendo la sangre de cualquiera.






La filosofía de Eve es muy clara y sensata.









También Adam consigue su sangre en un hospital de Detroit, cuyo procedimiento es idéntico al de conseguir drogas de un dealer.







Compone música desde hace tiempo y le regaló a Schubert una pieza que él hizo suya. Y tiene mal recuerdo de Lord Byron y excelente de Mary Wollstonecraft, la cual, dice, era adorable. Conserva, en una pared de su ruinosa casa en un desolado y siempre nocturno Detroit, una colección de retratos de personalidades que admira y con seguridad, habrá llegado a conocer, como Bach, Poe, Buster Keaton, Billie Holiday, Kafka, Oscar Wilde, Tesla, Beckett, Gerónimo, Newton, Mark Twain, John Coltrain, Rimbaud, Hedy Lamarr,  Henry Purcell, Baudelaire, Iggy Pop, Jane Austen, Mary Wollstonecraft o el mismo Christopher Marlowe.






No es extraño que Adam se plantee dejar de existir, debido a lo mucho que le indigna la lamentable sociedad actual de los zombies, que es como ambos se refieren a los humanos.






La llegada de Ava (Mia Wasikowska), la hermana de Eve, a la que no ven desde hace tiempo, por algo que ocurrió hace 87 años en París, alterará la existencia de ellos.





Que nadie se equivoque, esperando que se trate de una película de vampiros al uso. Este film de vampiros, de Jim Jarmusch, está lejos de parecer una película del género convencional. La historia es triste, hermosa y romántica. Y sí, también de vampiros.





Y por supuesto, no es una película de terror. 





A Adam e Eve, pronto se les coge cariño y fascinan por como son. Son coherentes, honestos, cultos y nobles. Y muy agradables; en especial, Eve, cuyo personaje es totalmente encantador. Desearías absolutamente, conocerla. Puede que lo mucho que me gusta a mí Tilda, ayude también a ello.









No se puede decir lo mismo de la caprichosa e infame Ava, que con su no deseada visita, comprobamos enseguida lo insoportable que es y entendemos perfectamente que Adam se negara a verla y que dijera que debería estar durmiendo en un ataúd, con una estaca de madera clavada en el corazón.





Hay muchas referencias históricas y literarias a lo largo de la película. Stephen Dedalus y Daisy Buchanan, son los nombres que utilizan en sus pasaportes. El primero, sacado de la obra de James Joyce y por supuesto, el de ella, de la Daisy de El Gran Gatsby, de Scott Fitzgerald.






Son una pareja con una larga, larguísima relación de amor, que merecen seguir existiendo durante unos cuantos siglos más. Si los zombies no dejan de joder.







Me gustan los vampiros, hasta la obsesión. De hecho, hace mucho tiempo y durante una época, deseaba con fervor ser un vampiro. Me parecían los seres más fascinantes y románticos del mundo. ¿Quien no querría vivir durante siglos, sin envejecer, adquiriendo una enormidad de conocimiento?




Aunque  la existencia de Adam e Eve, parece más delicada cada vez y eso, entristece el comprobarlo. Y también, que resulten más interesantes que los humanos zombies.




La película, optó a la Palma de Oro en el Festival de Cannes del 2013.



Jarmusch, Hiddlestone y Tilda, en Cannes







(Por favor, pon antes en pausa el reproductor de música, en la barra inferior de la pantalla. gracias.)

Colibríes y Tallulah

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Dimitri, mi primer borzoi, veía la televisión. Recuerdo un día en que tumbado en el sofá, miraba un documental sobre la vida en la sabana africana. Se quedó fascinado viendo a los leones sin parpadear, durante un buen rato. En un momento dado, esos leones se pelearon, no recuerdo si por el alimento o una hembra, el caso es que comenzaron a rugir y a pelear. Dimitri se bajó corriendo del sofá y huyó del salón. Yo me quedé alucinado. Al cabo de unos segundos, el pobre asomó la cabeza por la puerta, sin entrar en el salón y miró a la tele, al ver que el alboroto de los leones continuaba, se largó de nuevo; esta vez, definitivamente. 




Mi precioso Dimitri con la abuela en el parque,
hace unos 12 años.

No, no iba a echar a correr, sujetado por la abuela 
en silla de ruedas. Habría sido como ver Ben-Hur


Ninguno de mis perros ha prestado nunca atención a la televisión, solo mis borzois.

Tallulah, que nos ha dejado hace unas semanas, con el corazón aún más roto, cada vez que entraba en el salón y se subía al sofá, miraba al televisor como para ver si lo que se mostraba era interesante. Si eran las noticias, no le dedicaba más de unos segundos de atención, como si no soportara más las tropelías del gobierno, pero si era una película en la que ocurrían cosas interesantes, o aparecían animales, como perros o caballos, erguía la cabeza y miraba la tele como si comprendiera el argumento.

Incluso cuando acababa de ponerle el impermeable, para irnos de paseo, un lluvioso día, mientras me dí la vuelta, se subió al sofá y la sorprendí viendo la tele.






Hace pocos meses, entré una noche en el salón antes de acostarme, para apagar la televisión y las luces, Tallulah estaba tumbada en el sofá, observando fijamente la pantalla. Tampoco parpadeaba. Veía embelesada, un documental sobre colobríes, absolutamente hechizada. Por supuesto, no apagué la tele. Le hice una foto.






No me extraña que Tallulah se quedara prendada. Los colibríes son aves absolutamente fascinantes y de una belleza espectacular.






Copio de laWikipedia:

Son los pájaros más pequeños del mundo.  Mueven sus alas de casi 70 veces por segundo. Son originarios del continente americano. Antaño se les mató por miles a fin de decorar los sombreros femeninos, lo que posiblemente llevó al exterminio de varias especies.






La especie de tamaño más reducido es el colibrí zunzuncito o elfo de las abejas (Mellisuga helenae), que con su pico y cola mide apenas unos 5,5 centímetros, exclusivo de Cuba. La especie más grande, el llamado colibrí gigante (Patagona gigas), mide unos 25 cm.

El colibrí pico espada (Ensifera ensifera), por ejemplo, tiene un pico casi tan largo como el cuerpo, de unos 10 cm de longitud. El Ramphomicron microrhynchum tiene por su parte un pico de apenas 5 mm. El colibrí pico águila (Eutoxeres) posee un pico que se curva de manera pronunciada hacia abajo, mientras que el colibrí Avocettula recurvirostris tiene un pico torcido hacia arriba. Cada pico representa una especialización a un tipo determinado de flor que le permite al colibrí en cuestión ocupar su nicho ecológico particular y de esa manera evitar la lucha con otras especies.






Su lengua es larga, puede ser extendida en gran medida, está dividida en la punta y tiene forma de trompa, lo que le permite succionar el néctar con facilidad.

Los colibríes viven en América, desde Alaska hasta el archipiélago de Tierra del Fuego. Hay una gran diversidad en casi todo el istmo centroamericano, Colombia, y Venezuela. Esta diversidad es aún mayor en Ecuador.

Los colibríes se alimentan principalmente de néctar de flores para obtener las calorías que les permiten volar, de esta forma ayudan también en la polinización de las plantas, distribuyendo su polen de flor en flor; las proteínas las obtienen de pequeños insectos y arañas que atrapan en el momento en que visitan la flor. Esta alimentación, rica en energía por ser de azúcares simples, es la que posibilita su estilo de vuelo de gran consumo energético. Los colibríes son atraídos especialmente por las flores de color rojo o naranja brillante.









Construyen un pequeño nido forrado interiormente de tela de araña, algodón, liquen o musgo. La hembra va al nido en este tiempo hasta 140 veces al día para alimentar a sus crías.

Y para terminar, unas bonitas fotos más, de preciosos colibríes, por que para mí, ya saben ustedes, nunca son suficientes, tratándose de fotografías de cosas preciosas.































Pequeña y vieja silla, transformada en...

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Esa vieja sillita, ha permanecido en mi casa, al menos, desde que yo tengo uso de razón (cosa que no estoy seguro de poseer). Siempre ha estado en la cocina y era usada por mi madre, para poder llegar a los armarios superiores. Fue pintada hace muchas décadas, de blanco y después, de azul pálido. Hace muchos años, se decidió tirarla, pero yo, supongo que por nostalgia, por haber crecido viéndola, me negué. Ha estado rodando y escondida por la casa, mucho tiempo. Hace unas semanas, me quedé observándola y decidí que había llegado la hora de transformarla, antes de que definitivamente, acabara en la basura.

Aunque cueste creerlo, se me ocurrieron, como siempre me curre, varias ideas para decorarla. Cada día me decidía por una distinta, pero al final, elegí, como si hubiera escasez de color rojo en mi vida, elegir el rojo chino que uso como si no hubiera un mañana.






Para horror de mi hermano, no quise restaurar desperfectos, erosiones y defectos, debidos al paso del tiempo. Estaban ahí y seguirían ahí. No quería dejarla como nueva. Simplemente, decorarla.

Elegí un motivo antiguo de rosas, para adornar, mediante decoupage, el asiento. Este es y lo pongo aquí, por si a alguien le gusta y lo quiere usar.





Al imprimirlo, me quedaron los colores muy pálidos. ¡Las impresoras son una mierda! Lo retoqué añadiendo más rojo a las rosas.





También le añadí unas bolas de madera a las patas, que coloqué con espigas de madera y cola, para después, pintarlas de oro.

Además, como entiendo muy bien a John Galliano, cuando dice eso de que es como una urraca y le atrae todo lo que brilla, y yo soy cualquier cosa menos minimalista, le añadí purpurina dorada al borde de los pétalos y pegué lentejuelas varias en oro.







Y decoré también, con brillos varios, dorados, piedras rojas, doradas y brillantes, patas y respaldo, además de, por supuesto, un par de borlas con cuentas. Y barnicé todo para protegerlo.






El resultado es una mezcla de, según yo lo veo, cultura china, mexicana y harén turco. 








Ha merecido la pena salvarla durante todos estos años. Ahora, es demasiado exótica, como para no apreciarla por mi.




Carta abierta de un antitaurino a Sebastián Castella. Por Antonio García Maldonado

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Estimado Sr. Castella,

Me llamo Rafael García Maldonado y soy amante de los toros. He leído su carta con atención y, si me lo permite, voy a escribirle unas palabras.

No había escuchado jamás su nombre, ni el suyo ni el de prácticamente ningún matador de toros actual, así que va a tener usted que perdonarme este atrevimiento. Con respecto a mí, los que me conocen le dirán que soy cualquier cosa menos un radical, un violento o un hippie. Soy farmacéutico, una profesión noble, de la que tengo cinco generaciones detrás. Desde hace unos años tambiénsoy escritor de novelas. Me apasionan la lectura, la historia y los animales, y de esta triada de aficiones saco conclusiones y certezas que me hacen decirle que su carta está llena de despropósitos, falsedades y demagogia barata. Sobre todo, de ignorancia. Me ha hecho usted pasar vergüenza ajena, y por eso estoy aquí, escribiéndole.

Habla usted como “matador profesional”, que ya es en sí un disparate, y se queja de que la imagen de los toreros está hoy día vilipendiada, de que no hay libertad, de que existe una persecución política e ideológica, etcétera. Incluso dice que Europa le maltrata y que tiene usted derecho al trabajo, algo que, siguiendo su lógica, también podrían reclamar los mafiosos y los proxenetas. Este era un país libre, o algo así, añade con todo el resentimiento que le da (algo hasta cierto punto comprensible) ver cómo su siniestra profesión tiene los días contados.






Porque le diré que lo que se opone a todo lo que usted intenta torpemente defender se llama progreso moral y compasión. Usted no se va a poder jubilar como matador porque haya una revolución antitaurina, sino porque la sociedad avanza en su moral, en sus costumbres, y ustedes no lo hacen. Ya casi nadie puede ver cómo sufre un animal. Intoxica y miente cuando dice que el toreo es del pueblo, que no tiene ideología y que es de artistas y poetas. ¿Compara usted la literatura, la pintura y la música con la masacre de un noble animal porque a determinados artistas (Picasso, pone de ejemplo; un genio malvado y sádico) les gustase dicho espectáculo y los trataran en sus obras? ¿Un novelista que también retrate el crimen hace del asesinato cultura? Creía que no se había atrevido a tanto, pero vi que sí cuando nos amenaza con una ridícula imitación de Bertolt Brecht: ‘hoy van a por los toros, mañana será otra modalidad artística’.

Nos llama antiliberales a los que pedimos la abolición de la salvajada con la que usted se gana la vida. Pero, ¿qué sabe usted de liberalismo? ¿Es liberal no tener compasión por los seres vivos que sufren igual que yo? ¿Es liberal que yo mire para otro lado cuando están siendo descuartizados entre aplausos nobles rumiantes indefensos en cosos de mi país? Los liberales tenemos dos principios sacrosantos, que son la tolerancia y la compasión, hacia los animales humanos y hacia los animales no humanos. Eso es más importante que toda la catarata de artículos de derecho que cita en su misiva de forma torticera.

Las corridas de toros, señor Castella, son una brutalidad objetiva, un ejemplo agonizante del pueblo bárbaro que fuimos hasta hace muy poco. No hay éticamente por donde defender nada con una mínima lógica, más allá de lo que siempre dice Sabina: ‘Al que no le gusten los toros que no venga’. Se tortura y mata a un gran rumiante hasta la muerte. Punto. Ni arte ni milongas.






El toro, por si usted no lo sabe, no es bravo, es un rumiante especializado en la huida. De no estar cerradas las puertas de la plaza, se marcharía lejos, a pastar con el resto de sus congéneres. Embiste, entre otras cosas, por miedo. Por terror y porque se le provoca con el tormento. Porque antes de salir a la plaza a los toros les untan los ojos con vaselina y prácticamente no ven, porque les golpean los riñones con sacos terreros, porque les afeitan los cuernos, porque se les clava una divisa que hacen que salgan desesperados de dolor a la arena. El resto, la escalofriante puya del picador, las banderillas, etcétera, ya lo conoce. Todo eso duele mucho. Muchísimo, igual que le dolería a usted, porque su sistema límbico (el sistema cerebral del dolor, busque en Wikipedia) es exactamente igual al tratarse de un mamífero grande. Señor Castella, su combate es falso, y encima está amañado.






¿Le gusta la historia? Le contaré algo al respecto muy interesante. Usted es católico, imagino, como todos los matadores. Pues verá, el papa Pío V, en el siglo XVI, dijo esto en una bula: “Esos espectáculos donde se corren toros no tienen nada que ver con la piedad cristiana; por ser espectáculos cruentos y vergonzosos, propios no de hombres, sino del Demonio”. Emplean ustedes siempre un argumento lamentable también para esto: los toros son una tradición puramente española. Mentira. Ha habido corridas de toros en todos los países de Europa, sólo que las abolieron hace casi tres siglos (Inglaterra, por ejemplo). En España también se abolieron cuando hubo reyes más o menos ilustrados que vieron que semejante atrocidad nos alejaba de la Europa culta y refinada, como fueron Carlos III y su hijo, Carlos IV. Fue Fernando VII, el monarca más nefasto de la historia de España, el que volvió a introducir las corridas en España, junto con el absolutismo y la Santa Inquisición. El pack completo. El toreo actual a pie, el suyo, el amanerado de medias, luces y manoletinas, se lo debe a ese repugnante traidor y asesino monarca. Hoy día sólo hay corridas en España, el sur de Francia y en los países latinoamericanos con las élites más carcas e insolidarias, como las españolas de hace 50 o 60 años.




Por el respeto que de todos merecen los verdaderamente discriminados, no anime a la carcundia patria a salir de ningún armario, porque haría de nuevo el ridículo al ver que son cuatro gatos los aficionados a esa siniestra fiesta. Empleen el dinero de las subvenciones públicas en formación, en buscar un trabajo digno. No apelen más a la tradición (¿acaso no lo es la ablación del clítoris en Somalia?) ni al liberalismo. Ah, y no diga tampoco aquello del sufrimiento de los demás animales, las gallinas en las jaulas y todo eso, porque le adelanto que tampoco me gustan nada, y que compro huevos de gallinas del campo, que es donde deberían estar los toros.

Atentamente,

Rafael García Maldonado

 20 de agosto de 2015

elasombrario.com


Sebastián Castella, con las orejas recién cortadas,
como trofeo, del toro que acaba de torturar y asesinar


No se me ocurre ahora mismo, ninguna otra imagen
que demuestre más claramente lo que significa 
la falta de amor y de respeto, que sentarse 
sobre un noble ser agonizante, 
que estás torturando cruelmente

No me creo nada.

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Hace unos días, mi amiga Elvira publicó en su facebook, algo que a ella, como a muchos nos indigna y nos duele. Referente a los incendios que han devastado algunas zonas de este país, se habla siempre en las noticias, de daños materiales o pérdidas humanas, pero nunca se menciona a los otros mártires. Resulta hiriente cuando dicen eso de "Afortunadamente, no ha habido víctimas humanas", como si las no humanas, no fueran importantes o dignas de lamentar. Triste, doloroso y muy lamentable. Y especialmente, cuando han perdido la vida, por el nulo amor o atención de sus amos.

Elvira escribe el siguiente texto, con tanta indignación, como dolor, resulta evidente. Motivos los hay. Y ella se expresa tan magistralmente, que solo un necio sin corazón, podría no estar de acuerdo.


No me creo nada.

No me puedo creer ni media palabra, ni media intención mediamente buena de mis congéneres en general y políticos en particular.

No creáis nada tampoco vosotros. Ni que somos europeos, ni que se trabaja por el medio ambiente, ni que queremos ciudadanos cívicos y educados ni que nos importa media higa la vida ni el dolor de nadie.

En todas partes cocerán habas, pero lo de España sale a apestoso guisote diario.
No me creo nada ni espero nada de un país donde se castiga con multas y gravámenes a sociedades protectoras, sostenidas por gente a quienes su buena leche les cuesta tiempo, dinero, y mil disgustos y sinsabores mientras en cambio se subvencionan regocijos atroces o cacería. No puedo explicarme la desfachatez de exigir un microchip -que no vale si los aparatos no funcionan o no se toman la molestia de pasarlo y que para más INRI no sirve de nada en otra Comunidad- y sin embargo no hay control alguno, ni interés siquiera en admitir la cantidad de covachas, cobertizos y corrales donde los animales malviven y malmueren en condiciones deplorables porque alguien, cínicamente, otorga y calla para que una legión de paletos acomplejados e incultos libere adrenalina pegando tiros por el monte, con cuya propiedad se les privilegia y descargando sus frustraciones de mierdecillas fracasados colgando o matando de hambre (o calor, o frío, o enfermedad, da igual, el muestrario es amplio) a sus pobres perros culpándolos de su ridículo y proyectando en ellos su odio por autodesprecio.

Es hipócrita y falso el discurso buenista y rebosante de propaganda que nos sitúa como país moderno y civilizado.

Y causa repugnancia que se premie a los irresponsables y pésimos ciudadanos que abandonan a su animal en perreras (léase centros de exterminio) sin que ello les cause el más mínimo coste (ni siquiera la inyección letal que con gran probabilidad va a terminar con la vida del pobre infeliz) o su sustento en el plazo de tiempo que se estipule o, en el feliz e hipotético caso de que aparezca un adoptante, el coste de la nueva tramitación.

No me vengan con cuentos chinos. Que no comulgo con ruedas de molino.
Que ordenan el cierre de ridículos reductos de litoral con más nombre que espacio, mientras siguen contando milongas que nadie admite ni cree, porque más que la supuesta suciedad que los perros generan en la playa lo que apesta es la enemistad y las ganas de fastidiar entre organismos de distinto signo político. Así que es bien fácil echar para atrás las playas de perros pero no hay redaños ni ganas de toserle a los rehaleros. No echen cuentas ni mucho menos multas a esos que no saben ni el número de perros que tienen en el monte, en insalubres zulos, inmundos y terribles.

Mientras un animal tenga la categoría de basura, los ruines tipos que los lleven a condiciones lamentables están a salvo, bajo una protección tan evidente que resulta hasta cómplice. Diría que no desentonan con el resto que manda, sanciona o vela, hipotéticamente, por una sociedad que permite que se abran contenedores de basura donde brotan camadas enteras de cachorros cocidos al bochorno del sol. Quizá crean estos compatriotas que exigen sus derechos a voz en grito que son desperdicios, como las sobras de una barbacoa o una comilona en el campo.
Como lo han puesto a huevo, han prendido fuego al monte y estos podenquillos de funesto destino han muerto quemados vivos sin la menor opción a escapar. A veces, por el contrario, perecen ahogados cuando se desbordan los ríos, por idéntica condena.

Pero nadie les ha pedido, pide o pedirá cuentas a quienes mantienen a pobres inocentes atados día y noche. Yo no sé si tendré vida suficiente para ver cumplido mi deseo ferviente de que de una vez por todas tengamos legisladores competentes, que esas leyes se apliquen competentemente y que de verdad, la amarga España profunda llena de crueldad, barbarie, ignorancia, y atavismos macabros desaparezca abriendo paso a otra tierra donde sus ciudadanos sean capaces de divertirse y celebrar sus fiestas sin ahogar, quemar, defenestrar, alancear, despanzurrar ni torturar bajo el alegato de cualquier funesta tradicional manera a ningún infeliz.

Y ese día que nadie -ciudadano de a pie o autoridad-consienta, ver a un perro amarrado. Pues así, día tras día, mes, tras mes, año tras año pariendo, amamantando, enfermando, comiendo, defecando, durmiendo y muriendo, sobre la nieve helada o bajo el inclemente sol, viven muchos : atados al horizonte infame de un metro de cadena.

Es esa tortura la más perversa condena, por la impiedad de su duración.
Los perros de los cazadores, mueren de muchas horrendas formas. En realidad ser perro de cazador es el destino que yo quisiera para un cazador, caso de que se reencarnase. (Y si alguno se me ofende que ponga su mano en el pecho, que tampoco me creo que aceptase esa suerte, pues es lotería bastante adversa). Y que algún colega insensible, sombrío y brutal le administrase una vida que suele ser peor que la muerte.

Bueno, según qué muerte.

Ver el fuego que te va a devorar y que tú estés con una cadena al cuello es una de las agonías más espeluznantes que imagino. Imagínala tú, si tienes valor, que te aseguro que si no tienes trazas de psicópata, se te pone mal cuerpo.

Ahora ya sabes por qué ves estas fotos tremendas. Si ahora sientes que hay que terminar con esto habrá valido la pena el doloroso trago de contemplarlas.

Mientras haya criaturas atadas de por vida a la barbarie, sin la más mínima dignidad, libertad ni cuidado, mientras se sigan considerando meros objetos que no merezcan la intervención de las fuerzas de seguridad y a veces ni el intento de rescate por parte de proteccionistas o incluso sus dueños.

A esa ingente colección de catetos tan ignorantes y atrasados que conciben a un perro como guarda de cuatro lechugas y cuatro aperos miserables, si hubiese eficiencia y voluntad, requisarles antes de la lamentable impotencia, a esos cautivos que a veces son alimentados a distancia y ni llegan a los mendrugos ni al moho de un bebedero de agua corrompida.

Y multa. O cárcel. Porque con ciudadanos de tal jaez, creedme, no vamos a ninguna parte. Al menos a ninguna que medio merezca la pena.

Y mientras se quemen los campos como quien se cambia de calcetines porque el pastizal -que no el pasto- está garantizado… (luego dirán que parece de chiste, que se investigan las causas).

Así que ya no consiento que me cuelen ni medio cuento chino. Que no me creo nada.

Nada de nada.

Sólo los aullidos de horror y dolor de los ahora calcinados, que ni siquiera son víctimas porque eran y son considerados mera inmundicia. Descanse en paz y nos perdone la fiel, dócil, entrañable, pura, valiosa, inocente y noble mierda.

Y entonces... llegó Valentino!

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Ya conté en una ocasión, que mi especial pasión por los galgos, viene de la infancia. De niño, cuando pasaba los veranos en un pueblo de Segovia, disfrutaba de los perros que allí veía, pero me llamaban la atención, especialmente, unos perros delgadisimos (en exceso, debido a la falta de alimento), patilargos y para mí, increiblemente, preciosos.






Lo que no entendía entonces, es el porqué siempre solía verlos solos, atravesando el pueblo asustados, y corriendo, si yo trataba de acercarme a ellos para acariciarles. No sabía que se trataba de hermosas y nobles criaturas, que habían sido despreciados y abandonados. Luego me enteré de que eran galgos y los usaban para cazar liebres. Eso no me gustó, pues además de por lo obvio, por que entendí que no eran perros para quien no fuera cazador, y al no tener yo, ninguna intención de cazar en el futuro, nunca tendría un galgo. Aunque ese pensamiento me resulte ahora ingenuo y conmovedor, no debemos olvidar que en la actualidad, aún existe mucha, demasiada gente, que opina lo mismo y eso es más grave. Un galgo que no es para cazar, o si no sirve para cazar, no vale para nada, según ellos.





Por supuesto, también me sentía fascinado por los borzois, siendo un niño. Vi alguno por las calles de Madrid, también en libros o en el cine, y pensé que no había visto a perros más fascinantes desde los galgos de Segovia.



Fotografía de 1913

Carol Kane en "Valentino" de Ken Russell (1977)

Retrato de borzoi de Elliot Erwitt.
Pocos han retratado a los perros como él




Aún no sabía que en mi casa, entre otros perros y gatos, vivirían conmigo, bastantes años después, tres borzois y dos galgos. Y la convivencia con ellos, el tenerlos a mi lado, mientras han vivido, seguramente sea lo mejor que me ha sucedido en la vida. Y por el mismo motivo, su desaparición, también es uno de los momentos más dolorosos.






Gracias al cielo, o a quien  corresponda, aún puedo disfrutar y alegrarme, de tener a mi lado a mi preciosa galga Lolita y al pequeño Margarito. Mi bella borzoi Tallulah, nos dejó hace unos meses y aún la recordamos y la echamos de menos, cuarenta veces al día. Ese es el impacto y el amor (verdadero amor) que dejan en nuestras vidas.







Creo que las cosas suceden por una razón, además de por nuestras decisiones, por supuesto; hace días, mi hermano y yo, nos quedamos fascinados y enamorados, de un precioso y pequeño podenco, que vimos difundido en facebook. Un podenco rescatado, como todos (ya sean galgos, podencos, bretones...), y con un aspecto tristísimo, lo cual, tampoco es raro.








Casi de inmediato, Oliver me dijo que preguntara por él e indagara si lo mandaban, como a muchos de ellos, pues se encontraba en Valencia. Me puse incluso a planear un viaje rápido en el AVE, para ir a buscarle yo mismo, si hiciera falta. Esa era la emoción que sentíamos. No pudo ser. Debimos ser solo unos de los muchos que fueron seducidos por esa preciosa criatura. Ya había sido adoptado. Mi amiga Lucía, Implicada en esta historia, desde el principio, compartió conmigo una difusión de un precioso cachorro de galgo, que desilusionados, decepcionados y tristes, como estábamos, resultó ser una nueva tentación. Aún así, lo pensamos y lo dejamos pasar. Dos días después, si no recuerdo mal, pues cada día recuerdo peor las cosas, vi que se seguía difundiendo a ese galguito llamado Millow.







No podía entender que no lo hubiera adoptado nadie aún. Pensé si podría ser por ser negro. La gente rechaza más a los perros negros, por alguna razón que no llego a comprender. Mi hermano me insistió en preguntar por él. Mandé un e-mail y me contestaron, diciéndome que seguía esperando adopción. Le pregunté a Lucía si estábamos locos, y ella que tiene familia perruna y gatuna muy numerosa, me contestó muy sabiamente, como siempre hace: "Sí. ¡Y yo! ¡Y qué!". Estas cosas suceden cuando actúas más con el corazón, que con la razón. Lucía y yo, estamos seguros de ello. Unas conversaciones telefónicas y una visita pre-adopción, que esperé con los nervios de una embarazada que sale de cuentas, hicieron que recibiéramos el ansiado visto bueno.








Dos días después, llegó Millow a nuestra casa y nuestras vidas.







Yo, buscando un nuevo nombre para él, que me hiciera sentirle más mío, no pude evitar pensar en Valentino. Cuando la gente me pregunta como se llama, me dicen que si es por el diseñador italiano o por el motociclista... Cuando en realidad es por Rudolph Valentino. Su carisma y pelo oscuro, engominado y brillante, fue de fácil inspiración.







Además, le gustaban los perros, incluidos los galgos.







Verónica, la chica que nos visitó, junto a Rebeca, y lo trajo, me contó que Valentino fue encontrado junto a sus hermanos, con dos días de vida, en una bolsa en un contenedor de basura. Ella crió a biberón, a él y a su hermana, adoptada también recientemente. Estos son unos de los muchos que se rescatan y salvan de situaciones idénticas, pues en absoluto, esto de cachorros o incluso adultos, en contenedores de basura, son casos excepcionales. Es terrorífico y doloroso, pensar en todos los que no serán nunca descubiertos y rescatados, que acabarán en camiones de basura de todo el país. Afortunadamente, Valentino y sus hermanos se salvaron y él nunca recordará eso.






Cuando está tranquilo, es absolutamente delicioso



Ahora, la casa y nuestras vidas, han sido alteradas. He tenido que retirar todas las plantas que había en el salón, alejándolas de su alcance, pues un cachorrito, lo muerde todo. Aún así, llega a alcanzar alguna de esas supuestamente inalcanzables tentaciones, pues se sube a todas partes como la cabra de un gitano. Se empeña en morder  todo lo que encuentra a su alcance, como cojines, libros, zapatos, cables... pero ignorará el montón de juguetes de goma o cuerda que le has comprado y que le colocarás alrededor. Incluso es estilista y un sensato crítico de moda. Hace unos meses, mi hermano, al que le gusta mucho el colorín, incluso más que a mí, se compró en un todo a 100, unas horrendas chanclas de goma, afortunadamente, solo para estar en casa...




Ahora que están destrozadas, las ignora.
Quiere las nuevas.




También se ha cebado, con unas gafas muy peculiares, que Oliver se empeñaba en decir que eran de Prada, pero la triste realidad, es que eran de 3 € y de Tiger. Pero no quiero añadir más drama aquí.

Hay que retirar todo lo que suponga un riesgo o peligro para él. Hacerle sitio en la cama, o andar por la casa mirando al suelo, para no pisar pises y cacas de un cachorro que parece más una máquina de fabricar esas cosas, que otra cosa. Por que no puedes pretender que una criatura como él, de poco más de dos meses, no te llene la casa de pequeños charcos que además, los dejará donde menos conviene, como alfombras. Y justo, cuando llegamos de la calle. Si no le quisieras...







Como todos los cachorros, es travieso y testarudo. El más testarudo de los cachorros que por mi casa pasaron, pero también cariñoso y una belleza. Te lame la cara cuando se la acercas, y también te despierta por las mañanas, mordiéndote la nariz, las orejas o pisándote los genitales. ¡Adorable! Cuando nos pone atacados de los nervios, por que no para de hacer trastadas, saltar y correr por la casa, ladrar, o acosar a los pobres y ya poco pacientes, Lolita y Margarito, y parece que necesita un Trankimazin, mi hermano me dice: "¡No se si matarle a azotes o a besos!" o "¡Llama a un exorcistaaaaa...!" Muchas veces, pienso que le aguanto, por lo guapo que es y me dan ganas de hacer un curso acelerado de taxidermia. Pero cuando duerme, es delicioso, el angelito.









Y da gusto, también, verle pasear acelerado por la calle, con su trotecillo de galgo, como de caballito diminuto, pero también, resulta agotador, pues no para de tirar de la correa, saltar, cruzarse... y acercarse a toda la gente que pasa, saltando sobre ellos y normalmente, siendo ignorado, salvo por algunas excepciones, muy celebradas.









Es negro, casi por completo y tiene un pelo fino, corto y pegado, con un brillo espectacular. Y una preciosa cara que me recuerda más a mi querida y añorada borzoi, Tallulah, que a mi otra galga Lolita, pues su cráneo es finísimo y su hocico muy afilado. Sus ojos, también son más almendrados como los de los borzois. Su cola es increíble y como a Tallulah, cuando la relaja y deja caer, roza el suelo. Cuando la agita elevada, parece el látigo de un cochero. Está claro que me parece una criatura maravillosa que no comprendo como tantos indeseables sin sentimientos, desprecian de manera tan cruel. Supongo que los necios patanes, carecen de sensibilidad e inteligencia, para apreciar las cosas valiosas de esta vida, ya sean galgos, podencos, bretones... Es tan guapo, que incluso le comenté a Lucía, que me sentía mal, por adoptar a un ser de tanta belleza, habiendo tantos otros también necesitados de  amor y una familia. Ella, entre otras cosas, me comentó eso tan cierto de que "Adoptar a un perro no cambia el mundo, pero sí, el mundo de ese perro". Supongo que todos ellos, los abandonados, son importantes y necesitan ser adoptados y amados.







Y Valentino ya se abre paso, entre sus dos hermanos mayores, al llegar yo a casa y abrir la puerta, para saltar encima de mí, y lavarme la cara a lametones. Y días después de empezar a escribir este post, que no conseguía terminar, por no dejarme él, muchos ratos de respiro, ya ha cumplido 3 meses y pesa más de 11 kilos, cuando pesaba 9 al llegar. Todos me dicen que será un galgo grande. Yo solo espero, que siente la cabeza pronto, antes que nosotros cuatro, perdamos las nuestras.

Bienvenido y bendito sea Valentino. Por supuesto, ya le amamos. Y más, cuando duerme...








Venceremos, por Rosa Montero

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"Herido está de muerte, el pueblo que con sangre se divierte".
Juan Ramón Jiménez


Escribo este artículo (que tardará dos semanas en llegar a tus manos) con el corazón tiritando: acabo de leer que quien ató a un perro en Carrión, le roció con un líquido inflamable y le quemó vivo es un menor. El perro tardó días en morir. La autopsia demostró antiguas lesiones por torturas. El menor ha sido detenido, pero me temo que habrá pocas consecuencias. Al margen de la psicopatía concreta que pueda existir en este caso, lo que más me acongoja es la certidumbre de que estas atrocidades se potencian cuando la sociedad hace alarde de crueldad contra los animales y cuando educa a los niños en la celebración de esa barbarie. Y somos unos malditos inconscientes al comportarnos así, porque numerosos estudios demuestran que hay una relación directa entre la violencia contra los animales y la violencia contra las personas. Lo cual por otra parte es lógico; torturar a un ser vivo exige desarrollar tal falta de compasión que sin duda tiene que tener consecuencias peligrosas para la sociedad.

La ignorancia, la costumbre y los prejuicios pueden cerrarnos las entendederas. Soy hija de torero y, aunque siempre con cierta desazón por la crudeza de la lidia, fui una buena aficionada hasta que crecí por encima de mi entumecimiento cultural. Y en eso consiste precisamente civilizarse. En intentar ser mejores de lo que somos. Más empáticos, menos feroces. De hecho, en España hemos ido progresando por ese camino. Lo terrible de la fiesta de los toros es que hace de la carnicería un espectáculo; esto es, proporciona un modelo de relación con los animales y es un perfecto indicativo del nivel general de aceptación de la violencia en nuestra sociedad. Durante muchos años, los caballos de los picadores salieron sin peto. Los toros evisceraban cada tarde a media docena de animales; los pobres jacos caminaban pisándose las tripas, decía Valle-Inclán. Les metían los intestinos a puñados, los cosían en vivo y los volvían a sacar. Ese horror terminó con la ley que impuso la protección en 1928. Pues bien, Ortega y Gasset, que sin duda era un sabio, escribió un artículo indignado diciendo que el peto acababa con la grandeza de la fiesta. Así de acostumbrados estábamos entonces a la crueldad (un afán matarife que luego estallaría en la Guerra Civil). Si hoy sucediera algo así en una plaza, los espectadores en pleno vomitarían y se desmayarían. Así que hemos avanzado algo. Pero no lo suficiente.

Yo no abogo por la prohibición de las corridas: creo que eso puede proporcionarles oxígeno, cuando sin duda están agonizando. La llamada fiesta de los toros es un residuo del pasado, algo tan abiertamente brutal que no tiene espacio en nuestra sociedad. Y no sólo por el evidente tormento de los animales, sino también por las espantosas cogidas: el cornalón de Rivera, que le atravesó el vientre; el pitón que ha empalado la cara de Fortes, alcanzando su cráneo. ¿Pero alguien en su sano juicio puede defender hoy día semejante salvajada? ¿Que el toreo es tradición? Lo mismo que los juegos de gladiadores, que el derecho de pernada o que la esclavitud. Si hubiéramos respetado las tradiciones, seguiríamos viviendo en las cavernas.

Sin embargo, sí creo que hay que prohibir inmediatamente todas esas algaradas populares en las que, sin ninguna regulación ni preparación, se cometen verdaderas brutalidades. Y el buque insignia de la tortura a los animales en este país, el sadismo más redondo y abyecto, es el Toro de la Vega de Tordesillas. A mi padre, que amaba a los animales (somos así de paradójicos), era un evento que le repugnaba. Le parecía cobarde y atroz, y sé que muchos taurinos opinan así. Cuando reanudaron la matanza tras la prohibición en el franquismo, los organizadores del Toro de la Vega explicaban con asquerosa satisfacción que la cosa comenzó cuando el hijo de una aristócrata falleció corneado; la madre dispuso que, como venganza, cada año se matara a un toro de la manera más dolorosa posible. Naturalmente, ahora llevan muchos años sin volver a repetir el origen de su tradición, una historia que deja bien a las claras lo que son: torturadores. El próximo 15 de septiembre, Rompesuelas será perseguido por una horda de energúmenos a caballo y a pie que, con cuchillas atadas a una vara, le tajarán y pincharán donde puedan, la cara, la tripa, los ojos, en un lentísimo martirio hasta la muerte. Es un tormento al que llevan a los niños. Una escuela de futuros verdugos. Si crees que esta monstruosidad es inadmisible en el siglo XXI, por favor, acude a la manifestación de PACMA contra el Toro de la Vega. Es el sábado 12, a las cinco de la tarde, en la Puerta del Sol de Madrid. El año pasado fuimos 45.000. Que oigan nuestra ira y nuestro dolor. El futuro, la civilidad y la compasión están de nuestra parte. Venceremos.

@BrunaHusky

www.facebook.com/escritorarosamontero

www.rosamontero.es
















Evidentemente, a la hora de publicar yo esto, La manifestación ya ha sido celebrada y con gran éxito, pues se ha duplicado, como poco, el número de asistentes. Estuve presente y fue emocionante. Yo solo espero que no haya que convocar muchas más.

Dejo aquí un vídeo que he encontrado en YouTube.

(Pon antes en pausa el reproductor de música, en la barra inferior de la pantalla. Gracias)


 

Un ataúd, para albergar a un puñado de monstruos

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Ya he mencionado más de una vez, lo que me gustan las clásicas películas de monstruos de la Universal. A pesar de tenerlas todas en DVD, un fanático como yo, se moría por tenerlas en Bluray, pues han sido remasterizadas y la calidad  de la imagen es muy superior. Vi una edición de la colección, que me encantó. El pack, dentro de un ataúd...!







Pero ese detalle, una caja de cartón en forma de ataúd (o más bien, sarcófago), aumentaba el precio muchísimo. Costaba como 90€. Ser fanático es complicado, cuando se trata de dinero. Durante semanas, esperé que el precio disminuyera, en Amazon.uk, pero no fue así. Cansado de esperar, Encontré el mismo pack, sin ataúd, por 15€ y no lo pensé más. Además incluía también las postales con los carteles de la película y un pequeño y bonito libro.






Pero como yo soy así, me quedé frustrado con la idea del ataúd, por lo que decidí que podría hacerme yo uno. Al principio, mi intención era hacerlo también en cartón y lo más parecido al editado. Pero luego, decidí que ya que me ponía a construir un ataúd, lo haría de madera y con apariencia de ataúd.







Yo no se nada de carpintería, soy un inútil total, con un serrucho, clavos etc. Siempre me equivoco en las medidas, pues también soy negado con los números, pero al final, con esfuerzo, errores y cabreos varios, lo saqué adelante. O más o menos...




Las proporciones, para contener el pack del estuche
de los Blurays, no eran las reales (tampoco el ataúd original lo era), 
pero adaptarlo, lo tendía que haber hecho enorme.


Luego, corté en trocitos pequeños un listón de madera, 
para fabricar los soportes de las asas.



Y con unos palitos de madera, fabriqué esas asas.


Para decorar la tapa, recurrí al práctico oyumaru.
es una especie de plástico, con el que puedes hacer moldes 
para modelar.




Elegí unas cuantas baratijas, que guardo en mis cajas 
de baratijas varias, adecuadas para la decoración.


El oyumaru, lo sumerges en agua muy caliente, 
calentada en el microondas y una vez se queda blando,
lo sacas, lo secas...



Lo utilizas para crear los moldes.


Entonces, dejas enfriar el oyumaru, para que endurezca.
Con porcelana fría, rellené esos moldes.


Una vez que la porcelana endurece,
puedes retirar las piezas ya creadas.


Las pinté de oro y las pegué a la tapa del ataúd.
Antes, pinté todo con pintura negra satinada.

Añadí más piezas, creadas de la misma manera 
que las anteriores. También pegué unas molduras finas 
de madera, para adornarlo más.


Entonces, me dispuse a acolchar  interior del ataúd.
Tapizar, es algo que tampoco sé hacer y a ese tamaño tan reducido,
era para mí muy complicado, pero me puse a cortar
cartoncillos del tamaño de cada panel interior 
y tapizarlos con esponja y tela.



Así, hasta 14 paneles.

Al final y después una discusión con mi hermano,
pues se empeñaba en que debía llevar mucho oro,
decidí que solo el murciélago fuera dorado.
A nadie más que a mí, le gustan más los oros,
pero el resultado, podría ser más propio
de un ataúd para Luis II de Baviera,
que de unos monstruos.


También añadí un gran salpicado de sangre,
pues los accidentes, pueden ocurrir... y así, 
darle una nota de color. Aunque ahora que lo veo en las fotos, 
creo que debería haber sido más grande esa salpicadura.


También le añadí unas cadenas, con unas pequeñas 
argollas, pues nunca se sabe cuando tendrá que ser arrastrado,
por una sola persona, por las losas de una fría y oscura cripta.
Y por supuesto, bisagras y cierres.


Y... ¡Voilá! ¡El estuche en su interior!



Valentino sigue creciendo. ¡Y dando guerra sin cesar!

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Convivir con un cachorrillo, es una experiencia única. Para bien o para mal, es inolvidable. Le amas, tienes que amarle, para sobrellevar las trastadas, como lo harías con un hijo pequeño. No soporto a esa gente que adoptan o compran un cachorro y cuando se hartan de pises, de objetos de la casa mordidos y demás cosas lógicas en un cachorro que está descubriendo el mundo, deciden abandonar y deshacerse de la criatura. Son irresponsables, innobles y carecen de corazón, sensibilidad y sentido común. Hay que sufrirlo, como quien sufre un sarampión. Además, todo ello, lo supuesto negativo que conlleva, compensa enormemente. Al menos a quienes les amamos y sobrellevamos su evolución hacia un perro sensato y maduro.




Mi preciosa postal de la cebra, que pensaba cada día, 
poner en un marco, fue arrojada al suelo por una corriente de aire, 
desde un estante de la librería y descubierta por Valentino.



Hacía como quince minutos que había llegado a casa con este libro 
recién comprado mientras paseaba con las tres criaturas por mi barrio.
Puede que Valentino sea un crítico literario.
¡Menos mal que solo me costó 3€!

Por supuesto, dentro de un tiempo, miraré la esquina mordida 
de este libro, con mucho cariño. Como esa postal de la cebra, 
que naturalmente, no he tirado.




Mi Valentino, el galguito que adopté hace poco, rescatado de una bolsa en un contenedor de basura, con solo dos días de vida, junto a sus hermanos, es cabezota, caprichoso, hasta pesado, en muchos momentos, pero también adorable. Y precioso. También, a sus solo 4 meses y medio de vida (y sus casi 18 kilos de peso), me he dado cuenta de que es muy noble. Todo compensa. Los puntos negativos, que desaparecerán con el tiempo, dejarán paso a su verdadera maravillosa naturaleza, cuando se haga adulto. 










Criar a un cachorro y en especial de galgo, que todo el mundo me dice que son difíciles, a pesar de ser tan fácil de convivir con ellos al crecer y madurar, es complicado, absorbente, pero también compensa, pues como decía, es una experiencia única. Cada día, Valentino está profundamente dormido al levantarme yo y mientras desayuno y me ducho, pero al salir del baño y tratar de vestirme, todo se complica al estar él, más que despierto, todo es saltar sobre mí y aegrarse como si no me viera desde hace días. Y tratar de vestirme, es un odisea diaria. Te arranca un calcetín de las manos, dejándote con el pie desnudo y rígido en el aire, después, tirará del calzoncillo hacia abajo, mientras tú tiras de él hacia arriba y aprietas y cruzas los muslos, mientras juega y se alborota, para no recibir un descuidado mordisquillo en los genitales, si te descuidas. Es un no parar de atenciones, las que te dedica. Solo cuando duerme como lo que es, un cachorro de galgo, te relajas un rato. Y le miras con cara de padre embelesado y te controlas para no llenarle de besos y hacer que se despierte y vuelva la excitación al ahora tranquilo hogar.





Hay un mes de diferencia, entre esta foto y la inferior.
Se aprecia que ocupa más espacio en la butaca
y además tiene más altura.




Muchas veces, no pudiendo aguantar más el agobio, de un cachorro loco, Margarito me pide que le encierre en una habitación. No a Valentino, si no a él mismo y se queda ahí, en paz, hasta que decide que quiere salir y me llama con pequeños ladridos.






Valentino, el cabrón, ya ha aprendido a abrir el cubo de la basura, con el peligro que ello conlleva, es decir, diarreas. Pronto, no me extrañaría nada, aprenderá a abrir el frigorífico y a manejar un abrelatas, con lo cual, nosotros moriremos de inanición, mientras él, se atiborrará la barriga con deliciosas viandas...





El siguiente texto, está copiado de mi facebook y así se lo conté a los amigos. Lo mejor, una vez pasado el susto, es que la gente se alegre y te digan, además, que se han reído mucho.

ÚLTIMA HAZAÑA DE MI VALENTINO. Y van ya...!

Pues resulta que como se puede esperar de un cachorrillo cabroncillo, Valentino ha agarrado un calcetín sucio y ha salido corriendo por el pasillo, con él en la boca, cuando le he seguido gritándole, para que lo soltara, se ha parado en el hall, pero el calcetín ya no estaba... Se lo había tragado antes de lo que tardas en decir "testículos". Alarmado he empezado a repetir sin parar: "¡Se lo ha tragado!", "¡Se lo ha tragado!". Mi hermano, al ser informado, se ha alarmado aún más que yo y cuando ya casi me disponía a salir corriendo para el veterinario, Oliver le ha llamado, para ver si había una solución rápida. Y le cuenta que coja una jeringuilla y le hagamos tragar una dosis de 5 miligramos, por cada cinco kilos de peso, de agua oxigenada. Nos hemos quedao muertos! Le hemos dado cuatro dosis, pues pesa ya casi 18 kilos, aunque no ha cumplido aún los cinco meses. A los pocos segundos de terminar de meterle jeringuillazos de agua oxigenada por la boca, el pobre se ha puesto literalmente, a potar y ha echado el calcetín (con gran regocijo, por nuestra parte), rebozado en pienso y hierbas del patio a medio digerir, siento ser tan gráfico. Y doy gracias a que fuera un calcetín muy fino y tobillero de verano, pues si hubiera sido uno de lana de escalar el Everest en los años 20, no se que habría pasado. El caso, es que ha seguido vomitando varias veces más, para, supongo, expulsar toda el agua oxigenada y lo ha hecho en el pasillo, en la alfombra del hall, en la de la habitación, en la colcha de la cama, en la manta de Lolita de mi cama... Mientra una galga Lolita y un mesticillo Margarito, me seguían por toda la casa, alarmados, mientras yo corría con metros de papel de cocina, fregona, alfombras, colcha... Ha sido todo desesperación, después de la alegría de recuperar ese calcetín (no por el calcetín, por supuesto) y lavado de alfombras y demás... Aún no ha cenado, pues el vet me advirtió de no hacerlo hasta dos horas después de que se produjera la calma, pero duerme feliz, el cabrón. Si no fuera por lo que se le quiere...!







Valentino celebrando que Lolita le preste atención y juegue con él.




Pero cada noche te reconcilias con él, del agotamiento diario, cuando se pega a ti en la cama, poniendo su cara junto a la tuya y se duerme así, como un bebé, necesitado de compañía, amor y seguridad. Es el mejor momento del día. Hace que te duermas besandole, abrazándole y con una sonrisa en la cara. Sintiendo su cuerpecillo caliente y su plácida respiración. Además, por supuesto, también tengo a Lolita pegada a mí y al pequeño Margarito, que busca el ángulo del hueco de mis piernas, para acomodarse y comenzar a roncar muy bajito, a los pocos momentos. Y cada noche, me pregunto como hacen para dormir todas esas personas que duermen solas, sin una criatura a su lado. Por no hablar de la ayuda, fregando los platos sucios.






Good bye Miss O'Hara

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Pocas estrellas ya, quedan de la época dorada de Hollywood. Y es triste ver como desaparecen sin remisión. Esta semana ha sido Maureen O'Hara quien nos ha dejado.







Al finalizar los estudios, rechazó convertirse en cantante de ópera y dejó Irlanda para trasladarse a Londres y dedicarse al teatro. Charles Laughton consiguió que trabajara en "La posada de Jamaica" dirigida por Hitchcock, en 1939 y de ahí, saltó a Hollywood, para rodar, ese mismo año y también junto a Charles Laughton,  "El Jorobado de Notre Dame" como Esmeralda la Zíngara para la RKO. 





Con la llegada del Technicolor, el público quedó fascinado por la melena roja y ojos verdes de O'Hara. El resto, es historia. Solo añadir, que su filmografía llega hasta el 2010.






















 Maureen O'Hara  
(Maureen FitzSimons) 
17 August 1920  
24 October 2015



El galgo Pacheco

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Julio Romero de Torres, a la derecha, con el poeta Camín y el galgo Pacheco


Como amante de los perros y de los galgos en especial, la historia de la relación de Romero de Torres y su galgo Pacheco, me emocionó y me encantó, por obvias razones. Fue mi amiga Sylvia y recientemente mi otra amiga Elvira, quienes me pusieron en conocimiento de este precioso compañero del célebre pintor.






Julio Romero de Torres pinta entre 1904 y 1905 los murales de la Iglesia Parroquial de Porcuna. Comienza una amistad con diversos personajes de la ciudad que durará toda la vida.

A través del coto El Lebrel, comienza una amistad que dará como resultado una continua estancia de Julio con sus amigos de Porcuna.

Literariamente me conmueve el regalo que le hacen a Julio, en una de sus visitas. Le regalan a Pacheco, un galgo negro, que pintará en numerosos cuadros. Lo recibe, dentro de una canasta alargada, una sorpresa: la mancha negra de un cuerpo huesudo y negro muy negro sobre un paño de algodón, al fondo de la cesta, temblando; una mirada brillante. Los ojos de Julio y los del animal, unidos, en comunión perfecta al instante. Las manos libres y ligeras sacando al cachorro de la cesta, negro, sin mácula.

Y las almas, las dos, en ese mismo momento, se unen en el cielo de su destino y Julio se lleva prendido de sus brazos a aquel cachorro de galgo y lo pasea por la Carrera de Jesús y la mole endiablada de la torre de Boabdil, «mira perrito qué alta es, un día subimos y te enseño Córdoba desde allí.»

Y enristra la calle Carrera y al pasar por el arco de la plaza con el animal un estremecimiento incendia sus vísceras, y la Parroquia, con su masa mastodóntica de piedra cruda, su campanario alto y hueco mostrando a María Benita, la campana, el chapitel como el bulbo de una cebolla, se le clavan en el corazón cuando pasa, dirección a la casa de Julián para dormir, …pasa cerca muy cerca de los muros de uno de los ábsides laterales, dentro del cual su pintura de la Sagrada Familia espera ser tapada, los ojos de la Virgen, su cuerpo serpenteante elevado en un clímax místico, junto al Niño y lejos de San José, a la izquierda del espectador.

…La mirada resumida de todos los desconsolados siglos venidos y venideros en el fondo de las pupilas de Pacheco, seguro, en el regazo de los brazos de Julio, mientras relame su hocico y abre la menuda dentadura de dientes afilados de leche.

Este galgo velazqueño, de prestancia triste y señora, especie de prolongación de la figura de su amo, el genial pintor cordobés Julio Romero de Torres, había nacido en Porcuna (Jaén) en fecha cercana al año de 1921.

Aun no perteneciendo al todopoderoso género humano, su condición de leal y fiel compañero del artista y su plasticidad inmortalizada en algunos de los más bellos cuadros del pintor, son avales suficientes como para reservarle su sitio dentro de la historia local.

El animal es usado en su pintura para acompañar a los seres, como elemento simbólico. No en vano el perro fue utilizado por Velázquez como contenedor de personalidad, de ideas propias. Son numerosos los cuadros en los que, frente a la mirada ida del monarca de turno, el perro parece representar a la verdadera racionalidad y humanidad. Los perros de Velázquez reclaman un ensayo. También Pacheco, el galgo inmortal de Porcuna, necesita un estudio más detenido como elemento clave en la iconografía de Julio Romero.

En 1924 Julio Romero pintaba en Madrid su cuadro Cante Jondo, composición en la que se abrazan el amor y la muerte.




Cante Jondo



Pacheco, ese perro largo, delgado y negro azabache, ocupa un lugar principal en la parte superior del lienzo, lanzando un lúgubre y supersticioso aullido de misterio, junto a una mujer desnuda, erguida e impasible, que simboliza la fuerza inexorable y ciega de la fatalidad.

También datado en ese mismo año, es el lienzo Diana Cazadora, donde Pacheco comparte protagonismo con la actriz Marichu Begoña (Mimi). Tema rescatado de la mitología clásica, en el que la figura femenina descalza y semidesnuda sujeta al galgo, con un tenebroso fondo teatral en el que aparecen unos lebreros que completan la escenografía. 




Diana Cazadora





Aquel galgo negro, traído desde Porcuna, una vez en Madrid, sería bautizado con el nombre de Pacheco, en memoria de aquel bandido valiente y leal, asesinado en Córdoba durante La Gloriosa, cuyo retrato amarillento, por la huella melancólica de los años, y su trabuco conservaba el pintor en su abigarrado estudio madrileño.

Se dice que Pacheco gustaba de dormir la siesta repanchingado en un diván o junto a un brasero de picón mientras el pintor transformaba su arte en forma de cuadros.

La datación de su probable fecha de nacimiento responde a un elemental criterio fundamentado en la esperanza de vida de esta raza canina, que oscila entre los 12 y 14 años. Habida cuenta de que Pacheco dejo de existir en la primavera del año 1933, es por lo que sitúo su nacimiento en torno al año 1921.


Pacheco, en el suelo junto al pintor. En pie, Valle-Inclán,  
y la actriz María Banquer, (Madrid en 1926).




Pacheco desde entonces estará unido entrañablemente a la vida y al ambiente del pintor. Su presencia no pasará desapercibida para cuantos tuvieron la posibilidad de acercarse hasta su estudio y reparar en su mirada inteligente y triste. Este galgo fino, silencioso y señorial acostumbraba a dormir la siesta, repantigado en un diván o junto a un brasero dorado, mientras el maestro se entregaba a su arte. Pacheco, hierático y majestuoso contemplaba silenciosamente el basto desfile de periodistas, actrices, toreros y modelos de los que el pintor solía rodearse. Pacheco, era en la vida y decoración del estudio uno de los motivos principales. Sus ojos se alzaban reconocidamente a su amo al sentir sobre el lomo la caricia de la mano inconfundible.

También fuera del estudio, Pacheco terminaría haciéndose popular en Madrid como su inseparable compañero: “Los dos iban juntos por entre la noche de Madrid a la caza de silencios maduros, de estrellas finas y de lunas nuevas”.

“Un día entrevistamos a Romero de Torres en su estudio madrileño. Y en ninguno de los movimientos, ni de las palabras, faltó la curva de gracia del fino galgo de seda. A nuestras preguntas, paseaba él la admiración de sus ojos -ternura y gravedad- por nuestros semblantes. Aquellos ojos de Pacheco, fraternos y limpios, como dos avellanas doradas sobre la proa de su hocico, buen azuzador de auroras y adorno de aquella frente de heráldica pensativa. Pacheco era una larga ese mayúscula. Una ese de salves y de “salud, hermano”.Por su figura correcta y preocupación armoniosa, podría llevar dentro de si, sin temor a desdoro, el alma de otro pintor con gran semejanza con el galgo de Romero de Torres. Ese pintor era Van-Dick que, acaso, como Pacheco, llevaba en la jaula del pecho, todo en neblinas, prisionera, una alondra que se ahogaba de sol. Pacheco y Van-Dick hubieran sido también buenos amigos. Porque pacheco tenía un alma profunda como una noche fresca y silenciosa. Odiaba la pandereta y no gustaba de las guitarras si al sonar no lloraban de veras. Sacudía las orejas en señal de protesta si escuchaba un cuplé en los tablaos y oía con religioso silencio todas las coplas flamencas, con una gran comprensión humana que no se ha visto jamás entre las gentes del colmado. Tenia, en esencia, el mismo gusto estilizado y andaluz de su amo”. Alfonso Camín.

"Cuando murió Romero de Torres no hubo manera de alejar a Pacheco de la capilla ardiente... Y Pacheco, allí inmóvil, más hierático que nunca, abrumado por la tristeza, cerca de aquel cuerpo que ya no se inclinaba sobre él con un propósito de caricia. En tres días no quiso comer "Pacheco", ni quiso marcharse de aquella estancia.

Un día estaba en el estudio, con otras personas, el gran recitador JOSE GONZÁLEZ MARÍN. Sabía unos versos dedicados al pintor en la hora de su muerte, --en la que también estuvo como amigo íntimo que fue del pintor--. Alguien propuso que los recitara. La gente hizo corro en torno al actor y éste se dispuso a comenzar.

Cerca, sobre un diván, como casi siempre, estaba "Pacheco", indiferente, deprimido. Al ver que la gente se arracimaba al rededor de JOSÉ GONZÁLEZ MARÍN, el perro abandonó su sitio, se abrió paso antre los oyentes y se colocó en primer término ante el actor. Así estuvo quieto, atento, hasta que recitador acabó la poesía en recuerdo de Romero de Torres. Entonces, el perro volvió al diván y se tendió otra vez en su misma actitud kindiferente y apesadumbrada de antes...

Cuando el hijo del pintor vino a Madrid para levantar el estudio y trasladar muebles y cuadros a Córdoba, trajo consigo a "Pacheco". Eran los últimos días del estudio que había sido marco tantas horas de labor, de alegría y de entusiasmo. Desfilaba mucha gente para ver por última vez la estancia, que era como un relicario de sonrisas flamencas. Y "Pacheco" estaba allí, como tantas otras veces, pero ahora en una actitud y con un espíritu nuevos, dominado por la tristeza de no ver al amigo de toda la vida.






Fueron exactamente tres los años que Pacheco sobrevivió a la muerte de su amo. Cuando fallece Julio, Pacheco y la fiel Mariquilla, que durante muchos años asistió al pintor en Madrid, dos figuras que se habían hecho populares junto al pintor, emigraran a Córdoba, para acogerse al amparo de la familia de Romero de Torres, en la casa de la Plaza el Potro. Allí, entre los aromas perfumados del patio del Museo, iría poco a poco apagándose su vida, hasta que murió de viejo.






El monumento escultórico, proyecto encargado al escultor almeriense Juan Cristóbal, íntimo amigo del pintor fallecido, no se materializaría definitivamente hasta la tardía fecha de 1940 en que fuera inaugurado, enclavado en la parte sur de los Jardines de Agricultura. Lo representa de pie, con su capa y con su galgo PACHECO, por que el galgo ocupa un lugar principal en la escultura junto a su dueño. 








Recordar que en la suscripción popular de entonces numerosos amigos de Porcuna aportaron dinero para la construcción del Monumento. Cuando paso andando o en coche por Córdoba un temblor me llena el alma cuando veo a Pacheco en bronce a los pies de Julio.






En el año 2003, en el marco de la magna exposición en honor del pintor cordobés Julio Romero de Torres, “el galgo Pacheco”, su fiel e inseparable compañero, volvería a ser inmortalizado por un artista plástico en una colosal estructura metálica. Saltó a las páginas de prensa el caprichoso e irracional atentado nocturno que sufrió. Parte de daños: cuartos traseros, rabo, los genitales partidos en varios puntos y alguna pintura levantada.





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